Los franceses ponen de moda el sonido hispano
En la última edición del MIDEM, la música española ha despertado un inusitado interés, especialmente la que entronca con raíces flamencas, pero los artistas que triunfan en todo el mundo y representan este tipo de música son franceses. La reactivación del sector discográfico ha afectado positivamente a la industria española, pero sus posibilidades de introducirse en el mercado internacional son inciertas.La 231 edición del Mercado Internacional del Disco, la Edición y el Video Musical (MIDEM) ha confirniado que la industria de la música vive momentos de euforia. "Ha sido el mejor MIDEM", declaró a este periódico su director, Xavier Roy, y la opinión de los profesionales españoles también era optimista respecto a los resultados económicos al término del certamen. En el MIDEM, la música es una materia prima donde el elemento artístico tiene un valor relativo. Un artista es bueno si genera beneficios, y la calidad, el riesgo y la investigación son aspectos secundarios. Hoy, cuando la imagen es tan importante como la música, sólo algunas compañías independientes defienden artistas que pueden ofrecer algo nuevo, mientras las grandes multinacionales esperan a que estos artistas se consoliden para ficharlos a golpe de talonario.
En esta situación, la industria española puede dejar pasar uno de los momentos más receptivos en el mundo hacia nuestra música. Mientras la Administración se preocupa y subvenciona otros sectores de la cultura, la música popular -pop, rock, canción, flamencojazz, etcétera- carece de apoyo institucional. Países como Suecia, Holanda, Finlandia o China han acudido al MIDEM con importantes pabellones nacionales, organizados por fimdaciones promovidas desde la Administración y patrocinados por firmas comerciales.
En España, las multinacionales apenas arriesgan y las pequefías independientes no tienen otra opción que su capacidad de gestión para ofrecer algo que atraiga el interés necesario para la distribución de la música española en el extranjero. Mientras tanto, artistas franceses como Gipsy Kings y Paco venden centenares de miles de discos con una música cantada en castellano, desprovista de esencia y producida para obtener una rentabilidad inmediata.
El interés mostrado por empresas extranjeras en el MIDEM por jóvenes artistas español S como Gerardo Núñez, Ketama, Enrique de Melchor, Duncan Dhu, El último de la Fila, Malevaje y La Luna les Canta, entre otros, muestra la aceptación de nuestra música en el mundo. Pero la rentabilidad económica puede quedarse en Francia o en el Reino Unido si las discográficas y la Administración española no emprenden las acciones necesarias que permitan a la música española su presencia en el panorama europeo a partir de 1992, año en que la creación del mercado único integrado puede representar la consolidación de una etapa de lanzamiento en todo el mundo o la constatación de la imposibilidad de traspasar fronteras, a excepción del complejo mercado latinoamericano.
Babelia
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