El Vaticano no responde a la carta de 163 teólogos centroeuropeos contra los nombramientos de obispos
El Vaticano ha preferido no responder por ahora a la carta de los 163 teólogos católicos centroeuropeos que desde Colonia han escrito al Papa criticando su actuación en el nombramiento de obispos en la República Federal de Alemania y Austria. L'Osservatore Romano, órgano oficioso de la Santa Sede, también ha preferido el silencio. El único pronunciamiento ha sido el del portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls, quien intentó minimizar los problemas afirmando que "se trata de un episodio local". Mientras, crece la tensión en los ambientes eclesiásticos centroeuropeos, caldeados por recientes nombramientos de obispos; entre ellos, el de Klaus Küng, de la diócesis de Feldkirch y perteneciente al Opus Dei
El pasado jueves, cuando acababa de llegar al Vaticano la noticia de que dicha carta, sin conocer aún el contenido completo, había sido enviada al Papa, el portavoz vaticano, Joaquín Navarro, se limitó a minimizar el caso y dijo a la Prensa que en el fondo "se trata de un episodio local". A lo que añadió que, al parecer, algunos de los firmantes ya se habían "arrepentido".Sin embargo, como afirmó ayer en el Corriere della Sera su experto religioso y escritor católico Luigi Accattoli, está en curso "una guerra fría entre el Papa y los obispos". "Los últimos actos de gobierno del papa Wojtyla están caracterizados por la dificil relación establecida con los episcopados", añadía el citado rotativo.
Según informaciones recogidas ayer en el Vaticano, la carta de protesta de los 163 teólogos al Papa ha afectado mucho a Juan Pablo II, "irritándole". El miedo, sin embargo, es que esta disensión que está levantando la cabeza y haciéndose pública pueda servir para que el Papa polaco, que no cede fácilmente, se sienta perseguido y se endurezca más.
La tensión entre los episcopados más activos y abiertos y el Papa Wojtyla ha ido creciendo hasta estallar en algunos momentos en un enfrentamiento. Por ejemplo, el caso último de los nombramientos de los arzobispos de Colonia, Salzburgo y Feldkirch contra la voluntad de buena parte de dichos episcopados.
El capítulo catedralicio de Salzburgo, en una reciente nota, se lamentaba de que la Santa Sede no hubiera permitido que una comisión se entre-vistara con el Papa para plantearle que ninguno de los tres nombres propuestos para el cargo satisfacían a la iglesia local. Erwin Krautler, obispo austriaco actualmente en Brasil, manifestó hace unos días que le preocupaba la regresión vaticana, y criticó el procedimiento de nombramiento de titulares de diócesis. En el mismo sentido se manifestaba el presi dente de la Acción Católica austriaca, Eduard Ploier, quien ha declarado que "la mayoría de los católicos se siente incom prendido" por el Vaticano.
Como un dictador
Medios eclesiásticos progresistas austriacos manifestaron a este diario que un sacerdote de la diócesis de Viena, Rudy Schermann, ha llegado a decir públicamente que el Papa actúa como un dictador. La jerarquía le ha obligado a rectificar, pero el sacerdote, que ha recibido cartas de apoyo, se niega a hacerlo.
En línea crítica también figura el director de la prestigiosa revista religiosa Orientiérung, el jesuita suizo Ludwig Kauffmann, quien ha comparado la situación eclesiática no ya con el invierno, al que se refirió el teólogo Karl Rahner, sino con un "período de glaciación".
En medios eclesiásticos progresistas se asegura que otros muchos profesores se han sumado, aunque sin dar su nombre, al duro documento firmado por los 163 teólogos, contra el que la jerarquía alemana ha reaccionado con una firme crítica.
Cisma psicológico
Sin embargo, tal como advertía el obispo austriaco Weber, de la diócesis de Graz, parece que se están creando incluso frentes o fosos entre los diferentes sectores. últimamente el mítico teólogo moral Bernard Háring -una de las columnas del Concilio y que siempre ha estado dentro de la Iglesia- envió una dura carta de protesta al Papa por sus posturas en el campo de la moral católica, pidiéndole, poi ejemplo, que se haga un sordeo en toda la Iglesia para ver cuántos católicos, confesores y hasta obispos aceptan en conciencia la prohibición de los ,anticonceptivos, que la Santa Sede sigue condenando, mientra; que proponen como alternal ¡va a la procreacion el que se observe la castidad conyugal.
Háring, en la revista católica ita iana Il Regno, diagnostica una polarización en la Iglesia católica que ha tomado la forma de "cisma psicológico", coi no consecuencia del congreso que monseñor Carlo Caffarra -teólogo moralista del agrado de Papa- organizó con motivo del 20 aniversario de la Humanae Vitae. Esta encíclica rechazaba el uso de anticonceptivos por parte de los católicos.
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