El general Rodriguez se perfila como candidato a la presidencia paraguaya
El nuevo presidente de Paraguay, general de división Andrés Rodríguez, trata de conseguir un consenso nacional en torno a su Gobierno y se perfila cada vez más como aspirante a la nominación para candidato presidencial por el Partido Colorado en las elecciones del 1 de mayo. Mientras tanto, la oposición extraparlamentaria paraguaya parece sumida en la perplejidad, incapaz de reaccionar ante el desarrollo de los acontecimientos.
El nuevo ministro de Exteriores, Luis Argaña, principal figura civil del golpe contra el dictador Alfredo Stroessner y mencionado estos días como posible aspirante a la presidencia, se pronunció ayer categóricamente a favor de la candidatura de Rodríguez. Argaña declaró ayer a periodistas, en la cancillería, a la pregunta de si es candidato: "No, de ninguna manera. El candidato a la presidencia del Partido Colorado será mi amigo y correligionario el general Andrés Rodríguez. Todo mi equipo político, todos mis amigos, toda mi influencia y todos los correligionarios están al servicio de este candidato. Yo creo que es lo mejor para Paraguay, porque el general Rodríguez ha conseguido la reconciliación nacional".Esta renuncia de Argaña en favor de Rodríguez despeja el camino del general que, al amparo de la popularidad lograda por el golpe contra Stroessner y apoyado por el aparato del Partido Colorado, puede convertir las elecciones del 1 de mayo en un paseo militar. Al mismo tiempo que se desbroza el camino de Rodríguez hacia la presidencia se anunció ayer una auténtica purga en las Fuerzas Armadas. La lectura de la lista de mandos relevados duró unos 20 minutos en las emisoras de radio conectadas en cadena nacional. La primera impresión de esa lista es que Rodríguez no ha dejado títere con cabeza de los mandos militares del stroessnismo.
Sigue Rodríguez con su política de abrazos a aquellas fuerzas de la sociedad civil paraguaya enfrentadas los últimos años al dictador derrocado. Ayer acudió al palacio de López el arzobispo de Asunción y presidente de la Conferencia Episcopal de Paraguay, Ismael Rolón, que ya se había abrazado con Rodríguez en la misa del domingo en la parroquia de San Roque.
Rolón abandonó las dependencias del palacio presidencial acompañado por Rodríguez. Ante los periodistas, Rolón declaró que Rodríguez le había recibido "como un amigo, casi como un pariente, por el trato tan cordial recibido".
Otro de los recibidos ayer por Rodríguez fue Aldo Zuccolillo, más conocido en Asunción por su apodo Acero, propietario y director del diario ABC color, suspendido por la dictadura desde el 22 de marzo de 1984. Ayer, ante las oficinas del diario, casi cinco años clausurado, se amontonaba la gente en busca de trabajo en vista de su eventual reaparición. Zuccolillo piensa que ABC color estará en la calle de nuevo dentro de un mes. En su despacho, Acero declaraba en tono solemne tras su entrevista con Rodríguez: "Llegó la época de la verdad. La noche quedó atrás. La mentira, el atropello, la prepotencia han sido enterradas".
A la pregunta de si el nuevo Gobierno no son "los mismos perros con otros collares", respondió Zuccolillo: "Rodríguez reitera su disposición a conducir al país hacia la democratización, con amplio respeto de los derechos humanos, buscando la reconciliación de los paraguayos y el apaciguamiento de los ánimos".
La atomizada oposición paraguaya parece haberse quedado perpleja ante el desarrollo de los acontecimientos. El sinfín de grupúsculos y personajes ni siquiera había conseguido hasta el mediodía de ayer reunirse para emitir una declaración común ante los anuncios efectuados por el nuevo Gobierno. Días antes del golpe, uno de los dirigentes más conocidos de la oposición paraguaya reconocía ante un embajador extranjero: "Si Stroessner cayera, necesitaríamos por lo menos un año para organizarnos". El plazo ha quedado ahora reducido a 84 días y todavía no han conseguido reunirse.
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