El escultor Anthony Caro expone su 'Serie catalana'

El escultor británico Anthony Caro inauguró ayer en la sala de exposiciones Banco Bilbao Vizcaya de Barcelona la muestra de un conjunto de obras recientes suyas, agrupadas bajo los títulos Serie catalana y Serie Barcelona. La vinculación catalana de estas obras procede de una estancia del escultor en Barcelona durante el año 1987, en que coordinó el taller internacional de artistas Triangle, que se desarrolló en la Casa de la Caritat, futura sede del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, organizado por el Ayuntamiento. En este taller, en el que participaron durante casi un mes un centenar de artistas catalanes y españoles, europeos y norteamericanos, Caro concibió e inició la creación de sus series Catalana y Barcelona, de las que la muestra inaugurada ayer presenta algunas piezas."Lo que más me impresionó de esta ciudad y de este país fue la luz", señaló el escultor, quien explicó que "son estas calidades y elementos del paiaje lo que he tratado de reflejar en estas obras, por ejemplo la sensación que me produjeron los balcones de las casas de Barcelona, con sus rejas y múltiples formas".

Inspiraciones diversas

Las obras presentadas ayer en la sala del Banco Bilbao Vizcaya, donde la exposición estará abierta hasta el 10 de junio, muestran, la preocupación del escultor por relacionarse íntimamente con los entornos que conoce y quiere reflejar creativamente. Así, los elementos de las esculturas metálicas integrantes de las series Catalana y Barcelona fueron, frecuentemente, recogidos en la ciudad misma. El escultor refleja en sus formas la influencia y la evocación de artistas,como Picasso, arquitectos como Gaudí o escultores como Juli González y las traslada a sus obras, incorporándolas a su propio lenguaje.Las obras de Anthony Caro reunidas en la muestra que el artista inauguró ayer reflejan esta diversidad de inspiraciones y su íntima relación con el referente del escultor. Realizadas en hierro y otros metales, las esculturas semejan a veces las rejas de los edificios modernistas del centro urbano barcelonés, otras veces rinden homenaje a las caprichosas y al tiempo airosas formas gaudinianas; en ocasiones, son una celebración de la luminosidad mediterránea, que parece surgir de todos los entresijos y, por último, integran tanto las referencias a Picasso y otros elementos de la modernidad catalana como el lenguaje personal de Caro, definido tanto por su temprana relación con Heriry Moore y sus influencias cubistas y constructivistas, como por su más reciente derivación hacia las últimas manifestaciones del expresionismo abstracto.

"Soy un gran admirador de las tradiciones artesanales de Cataluña, que pueden verse desplegadas en bastantes edificaciones de la ciudad y que también se contienen o se originan en la obra de muchos artistas", dijo Caro, quien respondió a una pregunta sobre si consideraba sus esculturas como obras maestras diciendo que "al realizar una escultura, nunca me planteo si lo será o no; lo que me interesa más es la libertad creativa, la permeabilidad a las influencias nuevas y la exploración de nuevos caminos creativos".

La experiencia del taller internacional Triangle de 1987 y, antes, una retrospectiva de su obra escultórica organizada por la Fundación Miró en 1985 fueron los primeros contactos del escultor con Barcelona, pero el viaje, la colaboración con artistas jóvenes y la creación a partir de sus nuevas experiencias son constantes en la trayectoria creativa de Anthony Caro. De hecho, el taller barcelonés Triangle se inspiró en una iniciativa parecida que Caro había llevado a cabo en repetidas ocasiones en una localidad cercana a Nueva York, donde también se congregaba un grupo heterogéneo de creadores dispuestos a realizar obras e intercambiar experiencias.