Escámez y 'los Albertos' negocian para evitar un choque público en la junta de accionistas

Alfonso Escámez, presidente del Banco Central, y los representantes de los Albertos en Cartera Central intentarán negociar en los próximos días una salida a sus enfrentamientos para evitar que la inminente junta general de accionistas se convierta en el escenario de una lucha campal entre las dos partes. El consejo del Central celebrará el miércoles una reunión extraordinaria en la que Escámez contestará las críticas de Cartera Central, según afirmaron fuentes del Central. Mientras, consejeros del banco próximos a Escámez han provocado una ola de cartas de solidaridad con el presidente.

La carta solidaria del consejero Fernando Abril Martorell es particularmente enérgica en respuesta a las tesis de Álvaro Alepuz, quien criticó en el consejo del 16 de mayo la gestión de la entidad entre 1985 y 1988 sobre la base del estudio efectuado por el equipo técnico de Cartera Central, en el cual participa Aristóbulo de Juan.Los hombres de Cartera Central han dicho en la negociación entre las partes en torno a esta cuestión que trasladarán las críticas sobre la gestión a la junta de accionistas de la entidad el sábado 17. El estado de ebullición pública de los conflictos ha llevado a los consejeros próximos a Escámez a volcarse en favor de dar la batalla en la junta en respuesta a los críticos. Sin embargo, la reunión extraordinaria del consejo se presenta como un intento de solventar discrepancias dentro del cuerpo, aunque fuentes del Banco Central señalan que los representantes de Cartera Central no han hecho ninguna propuesta concreta.

La ausencia de propuesta genera la dificultad de que no se sabe qué es lo que se negocia. Mientras, ambas partes niegan que Escámez quiera reducir los efectivos de Cartera Central en el consejo del banco, o que Cartera quiera llevar un hombre más a la comisión permanente compuesta por 12 consejeros y en la cual están Alberto Alcocer y Alberto Cortina.

Las críticas dirigidas por los hombres de Cartera Central -que controla un 12,5% del capital de la entidad, con una inversión de 70.000 millones de pesetas- a la gestión actual de la entidad se ha convertido en una divisoria de aguas en la medida que el ataque se endureció en vísperas de la junta de accionistas prevista el 17 de junio. Escámez aspira a derrotar las críticas en el consejo y neutralizar su efecto mientras negocia alguna concesión para evitar el enfrentamiento abierto en la junta de accionistas. Pero la lucha por el control de posiciones no es una batalla sin sentido.

La comisión permanente

Cartera Central tiene cinco consejeros en la entidad: Alberto Alcocer, Alberto Cortina, Alfonso Cortina, Álvaro Alepuz y Romualdo Gracía Ambrosio. Sin embargo, su representación en la cúpula ejecutiva del banco, la comisión permanente, controlada al 100% por Escámez, es débil: 2 contra 10.

En el banco presidido por Alfonso Escámez el factor tiempo se ha colocado sobre el damero como una variable decisiva en tomo de la cual es necesario ajustar las piezas, Con 73 años de edad, la retirada de Alfonso Escámez es cuestión de tiempo, pero de un tiempo mensurable, aun cuando no esté dispuesto a considerar la recomendación de que los altos ejecutivos bancarios se retiren a los 70 años.

Como es obvio, Escámez no tiene ninguna intención de aceptar esta alternativa, y menos en condiciones en las cuales no quede claro que la sucesión es para quienes él quiera. En la línea sucesoria de Escámez se encuentran Luis Blázquez, actual consejero y director general de la entidad, Alfonso Escámez -sobrino del actual presidente- y Fernando Abril Martorell, también consejero y ex vicepresidente del Gobierno de UCD.

Las principales críticas de Cartera Central sobre Escámez se centra en que el volumen de recursos invertidos no genera para la entidad el nivel de rentabilidad debido, teniendo en cuenta el volumen del banco.

Los hombres de Cartera Central no dicen, sin embargo, que el banco esté mal gestionado. Simplemente que podría gestionarse mejor.