Un magistrado 'anti-Mafia', sospechoso de enviar anónimos contra el juez Falcone

La Magistratura italiana parece a punto de revelar el nombre del personaje que ha enviado en los últimos días cinco largas cartas anónimas en las que se denigraba al juez más empeñado en la lucha contra el crimen organizado, Giovanni Falcone. Según el semanario Epoca, cuya información recogió ayer toda la Prensa, se trata, al parecer, de¡ magistrado Alberto di Pisa, que formaba parte nada menos que del llamado pool anti-Mafia y había colaborado estrechamente con el propio Falcone.

También hay sospechas de que el autor de los anónimos es un alto jefe de la policía. El magistrado Di Pisa rechazó ayer por teléfono, indignado, las sospechas. El alto comisario contra la Mafia, Domenico Sica, siempre según las informaciones de boca, llegó a la conclusión de la autoría de Di Pisa a través de sus servicios secretos que, supuestamente, encontraron las huellas dactilares de éste en los folios de las cartas a altas autoridades políticas y del Estado y en un vaso.Desde el primer momento, se sospechó que el autor de dichas cartas contra Falcone tenía que haber sido alguien introducido en la institución judicial de Palermo, o inspirado por él, dado el conocimiento que demostraba de problemas internos y por haber sido usada una de las máquinas de escribir de las que utilizan sólo los jueces.

La hipótesis actual es que dichas cartas formaban en realidad parte de un mismo juego. Primero fue el fallido atentado del mes pasado al mítico magistrado con una bomba colocada en la playa del chalé en que veranea y que tenía que haber explotado en el momento en que el juez, junto con otros magistrados que habían llegado desde Suiza, habían decidido salir en barca.

Puesto que se daba por cierto que Glovanni Falcone iba a morir, las cartas estaban destinadas a asesinar a Falcone doblemente, esta vez moralmente, de forma que el impacto de su muerte fuese menor.

El mismo Falcone, tras el fallido atentado, había declarado con amargura que se daba cuenta de que se encontraba en la misma situación del difunto general Alberto dalla Chiesa, ex gobernador de Palermo, poco antes de ser asesinado.