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Crítica:FLAMENCO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

'Bailaor'

El GüitoVeranos de la Villa. Madrid. Jardines de Cecilio Rodríguez. 29 de julio.

El baile de El Güito puede ser, casi, paradigma del ideal del baile flamenco: sobriedad, ascetismo, economía de medios expresivos. Sin desmelenes, sin gesticulaciones porque si, sin zapatazos gratuitos. Lo justo, nada más; ni nada menos.Vérselo hacer a este bailaor gitano de Madrid es un puro gozo. La farruca, la soleá -siempre la soleá-, las bulerías, son en el baile varonil y señor de El Güito cauce admirable de sabiduría jonda. Güito tiene el don de la armonía, del entendimiento profundo de lo que el buen baile flamenco debe ser. Una rara facultad para pasar del taconeo enérgico a una grácil levedad, en un tránsito sin ruptura, de belleza absoluta, en que pasa por los más diversos trances del baile. Esa austeridad interpretativa, ese dominio, de los recursos más ortodoxos y válidos al servicio de su baile, son fruto de la larga experiencia del bailaor, que cuenta 47 años de vida, casi todos entregado a este arte.

Sería injusto silenciar la colaboración inestimable en este triunfo del cuadro de tocaores y cantaores. Espléndido el cante de Ramón el Portugués, Rafael Fajardo y Enrique el Extremeño, y espléndido el toque del Bola, el Camborio y el Niño del Tupé. No estuvieron a la altura, en cambio, las bailaoras.

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