Otro ministro cubano, víctima de la lucha contra la corrupción
El embate oficial contra la corrupción, el abuso en el cargo o el descontrol de los fondos del Estado, que se ha cobrado víctimas de relieve en las últimas semanas, afectó ayer al ministro de la Industria de Materiales de Construcción, Levi Farah Balmaseda, destituido por el Gobierno para que ese departamento "alcance una mayor eficiencia".
Sustituye al político sancionado José Cañete Álvarez, viceministro y arquitecto del Ministerio de la Construcción, asociado al anterior, que concluyó "en tiempo record y con gran calidad" las obras de ampliación de un hospital de La Habana, destaca una escueta nota publicada en portada por el diario Granma, órgano del Comité Central del Partido. El Ejecutivo no ha aportado ningún detalle más sobre las razones del relevo de un dirigente entre cuyas responsabilidades pasadas, además de asegurar los andamios y los ladrillos de las edificaciones cubanas en los dos últimos años, figuró la dirección de UNECA (Unión Nacional de Empresas del Caribe). Esta sociedad anónima, creada por Cuba para ordenar sus construcciones en países aliados de América Latina, África y Asia, fue citada en el proceso por corrupción y narcotráfico que concluyó con el fusilamiento de cuatro altos oficiales del Ejército y del Ministerio del Interior.
Angola, país en el que las tropas cubanas permanecieron 13 años y donde se levantó una infraestructura civil de considerables proporciones a través del consorcio citado, fue escenario de complicados manejos y trueques comerciales y financieros a cargo del General Arnaldo Ochoa y sus colaboradores, según la acusación. La nación africana, con la que rigen varios convenios bilaterales de colaboración, es sede también de una brigada especial de constructores que prepararon, entre otras obras, dos aeropuertos militares en la guerra contra la UNITA (Unión Nacional para la Independencia Total de Angola) y Suráfrica, para los que en 1988 se enviaron desde La Habana, 60.000 sacos de cemento.
La razón oficial aducida para la sustitución de Levi Farah, que se hizo cargo del Ministerio en febrero de 1987, tampoco es despreciable a tenor del grave deterioro observado en el sector de la construcción de Cuba donde muchas obras han debido paralizarse ante la escasez, fundamentalmente de cemento, o pésima calidad de los materiales suministrados por las empresas responsables.
La cascada de ceses, arrestos o traslados no parece haber acabado en Cuba con la sustitución de Levi Farah Balmaseda.
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