El futuro del cante

El flamenco ante el futuro el es tema en torno al cual se vertebró el 17º Congreso Nacional de Actividades Flamencas, que del 13 al 16 de septiembre se ha celebrado en Jerez de la Frontera. Este tema suscitó vivos debates entre los 200 congresistas asistentes. Sus ponencias básicas estuvieron a cargo de Manuel Ríos Ruiz, José Luis Ortiz Nuevo, Fernando Quiñones y Gerhard Steingress. Las sesiones de estudio fueron alternadas, como es habitual en estos congresos, con espectáculos flamencos.

El festival a beneficio de la ITEAF (institución para crear el auxilio posible a los artistas flamencos que llegan a la vejez en circunstancias de precariedad) discurrió por cauces de dignidad artísticas, sin mayores excelencias. Lo más destacable fue el toque de Moraíto Chico, quien se ha prodigado generosamente demostrando hallarse en una línea de extraordinario tocaor para el acompañamiento al cante.Éste, el cante, tuvo un excelente oficiante en Pansequito, cumpliendo los demás -Vicente Soto, Manuel Mairena, Calixto Sánchez- en su línea habitual profesional y solvente. Lo mismo podemos decir de la familia Fernández, mientras en el baile El Mistela sigue demostrando su clase. La presentación del disco editado para el congreso, del cantaor jerezano Manuel Moneo y Moraíto, nos dio ocasión de escuchar a estos dos artistas. en un breve pero excelente recital.

Bajo el título Nuevas formas del flamenco, el Niño Jero presentó un espectáculo de cante, baile y música, con mucha marcha y mucha fuerza. Es un espectáculo que mueve a la reflexión, porque aunque no gustara a muchos aficionados puros del flamenco, lo cierto es que en la sociedad en que vivimos pretender que el flamenco se mantenga ajeno a toda influencia exterior es simplemente utópico.

En este contexto, lo que ha hecho Jero, con la colaboración de casi una veintena de artistas e instrumentos musicales que van de las guitarras eléctricas al sintetizador, es una vía a tener en cuenta y con posibilidades de futuro ilimitadas. El baile espléndido de Joaquín Grilo fue un valor importante en este éxito.

La XXII Fiesta de la Bulería convocó la noche del sábado a unas, 7.000 personas. Un público bullicioso y no demasiado atento. Pese s ello, se vieron y oyeron cosas estupendas, como el cante y el baile de María Soleá y Juana Fernández, o el gran baile de Manuela Carpio, Ana Parrilla y Antonio del Pipa. Hubo cante del bueno en cantidad, con una soberbia actuación de Juan Moneo, el Torta. Notables también su hermano Manuel, Salmonete y Agujetas.

Por lo demás, la Fiesta de la Bulería fue, como siempre, excesiva, con la horterada añadida este año de inundar el escenario de humo.