Zaj: "Somos los cómicos del arte"
El grupo 'multimedia' español celebra sus 25 años con una exposición en Madrid
Quienes recuerdan las presentaciones del grupo Zaj en los años sesenta y setenta esbozan por lo menos una sonrisa al relatarlo. Eran acciones donde a veces no sucedía nada, y entonces uno pensaba en la nada. Había música que no lo parecía, música abstracta que quería hacerse imagen con sólo los sonidos, y citas, pensamientos, objetos por ahí ... Juan Hidalgo, Esther Ferrer y Walter Marchetti son Zaj. Lo Zaj vive, y, según ellos, 25 años después son más radicales que entonces por simple evolución natural. "Somos los cómicos del arte", y añaden que nunca han tenido la intención de provocar con sus acciones. La galería Estampa de Madrid celebra un cuarto de siglo con Zaj.
Walter Marebetti. En aquellos años todo lo que hacíamos -y pesa decirlo- era bastante original, no provenía de otro lado. Hay que tener en cuenta que las vanguardias históricas, en esos años, se estaban redescubriendo.. Había tantas cosas que nos sentíamos como en un terreno virgen, baldío. Luego descubrías que los futuristas, por ejemplo, habían hecho cosas mucho antes que los dadaístas, estaba Fluxus... Pero, por lo demás, lo que hacíamos era bastante original. Se trataba de dislocar el arte, de sacarlo de su contexto.Esther Ferrer. Muchas veces podemos decir que la obra define el espacio, y no es el espacio el que define la obra.
W. M. En lo musical, por ejemplo, queríamos que la abstracción musical se hiciese visible y jugar con ese problema. La llamábamos música visual -imagínate- o teatro musical. Era una paranoia, una idea absurda la que teníamos los músicos. Hacer de la abstracción pura algo que se pueda ver.
E. F. Yo no he intentado nunca provocar. La gente se provoca sola, de todas maneras. Yo hacía mi trabajo, y si la gente se provocaba, era su problema. Se provocaban, es cierto. Pero yo creo que era la situación sociopolíticia de aquel tiempo, y yo creo que ahora se provocarán con otras cosas. La provocación, en ese sentido, es la actitud infantil, la del niño que provoca a su padre para ver dónde están los límites y hasta dónde se puede llegar. Pero nosotros éramos adultos y sabíamos perfectamente que podíamos llegar hasta donde nos diera la gana. Eso no es provocar, provocar es cuando necesitas marcar un terreno. Son los otros los que deciden la provocación, no nosotros.
Juan Hidalgo. Lo que no se puede decir es que Zaj haya nacido con la intención o haya estado proyectado p&ra provocaciones ni participaciones. Pero yo te voy a decir una cosa, los públicos todavía son exactamente iguales. Uno puede pensar que llega un momento en que ya no se puede hacer, un cierto tipo de trabajo. Pero los presupuestos nuestros han sido los mismos desde el principio y seguirán siendo iguales. Ha habido un proceso y ha ido evolucionando, pero las reacciones de cierto público son exactamente iguales que antes. Y antes tampoco se sentía todo el público provocado, sólo algunos, el mismo tipo de gente que hoy reaccionaría igual. Pero había gente que pasaba y que aceptaba lo que no tomaba parte y le parecía que valía la pena.
Pregunta. ¿Ha habido una evolución en Zaj?
J. H. Bueno, sí, nos hemos vuelto más radicales todavía. Y que el nuestro es un trabajo con mucha economía de medios, y ahora necesitamos más medios que antes. Somos más radicales simplemente porque es parte del proceso: el artista se va depurando con los años, y eso es lo que nos ha pasado.
E. F. Hay un momento determinado en que no puedes dar marcha atrás. Has empezado algo, y no es que no haya otras cosas que hacer en la creación artística, pero cada vez me tientan menos esas veleidades, no me interesan.
J. H. Hay un tipo de artista que se inicia en el trabajo creativo para obtener un poder personal, quizá, o un poder económico. Pero ése no es nuestro caso. Nosotros somos fundamentalmente gente del espectáculo...
E. F. Cómicos.-Cómicos del arte.
J. H. También hemos hecho siempre objetos, objetos visuales, trabajos fotográficos, objetos plásticos, porque siempre hemos estado ligados a todo eso, como artistas multimedia. No estuvo hecho con un presupuesto ni de poder personal ni de ganancia. Indudablemente, cuando un artista no posee una fortuna personal tiene que buscar alguna forma de sobrevivir. Pero nosotros, sólo hemos cubierto nuestras necesidades vitales mínimas.
E. F. Yo pienso además que cuando tú haces una obra, ella cobra vida por sí misma, y yo no pienso controlarla, ni me importa. Cuando hacemos la obra y la ponemos en manos de, por ejemplo, un galerista o un comprador, yo lo único que necesito es saber cuáles son mis necesidades y ver la manera de cubrirlas. Lo demás me importa un rábano.
P. ¿Pero qué papel le dan en su trabajo al objeto plástico que crean?
E. F. Todo es parte de lo mismo. La performance es el espectáculo, para mí es un arte de presencia. De una presencia física: estás tú con tu cuerpo, y el resto, los objetos, son productos diferentes. Yo no puedo establecer categorías en mi trabajo, sobre todo porque no estamos dentro del sistema. Ahora estamos en una galería pero no buscamos el prestigio.
J. H. Nosotros estamos en lo que George Brecht, de Fluxus, llamó la galaxia Duchamp, y junto a Duchamp, John Cage, y luego hay una cantidad de personas, como Eric Satie, y filósofos y gente. Actitudes extremoorientales, o ideas como las de Wingenstein. Hay aspectos conceptuales en nuestro trabajo, experimentales (experimentales como un fin en sí mismo).
Babelia
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