Madrid en Nicaragua
1987 fue declarado por las Naciones Unidas Año Internacional de los sin Techo. En aquella resolución se exhortaba a todos los países - desarrollados a contribuir en la solución de un problema que afecta a miles, millones, de ciudadanos del Tercer Mundo que carecen no de una casa digna, sino de un simple techo. España responde a esta llamada a la solidaridad, quizá no con todo el esfuerzo necesario, pero ciertamente con voluntad clara, que se articula en un programa de actuaciones, especialmente en Centroamérica, llevado a cabo por el Instituto de Cooperación Iberoamericana, dependiendo del Ministerio de Asuntos Exteriores.La referencia a Centroamérica no es gratuita. En esa parte del mundo, la unión de cataclismos naturales y militares con situaciones de profunda injusticia social supone que, en determinados. países, carezca de vivienda un 40% de su población, según fuentes oficiales. En términos cuantitativos, el déficit de vivienda está estimado en cerca de 1.800.000.
En este marco, la Comunidad de Madrid decide cooperar, modesta pero entusiastamente, en la solución del angustioso problema de la vivienda para un centenar de familias nicaragüenses, en la ciudad de Juigalpa, enclavada en la V Región, duramente golpeada por la guerra. Cooperación que se cuantifica en 55 millones de pesetas, más la asistencia técnica precisa, y que permiten la construcción de 100 viviendas de unos 60 metros cuadrados y un centro comunal.
Ya en el debate presupuestario celebrado en diciembre de 1987 se plantea el rechazo del Partido Popular a este programa, desde una doble y farisaica argumentación: los problemas internacionales no son competencia de esta comunidad autónoma, y, en segundo lugar, se argumenta el escándalo que supone gastar 55 millones de pesetas a favor del pueblo nicaragüense, cuando todavía persisten graves problemas de vivienda en Madrid. El presupuesto fue aprobado con los votos del PSOE, el CDS e IU.
Un dato importante para la lectura del escandaloso dispendio. Con 55 millones (el 0,02% del presupuesto de la CAM), en Madrid podrían construirse unas ocho viviendas, cuando en Juigalpa se ha procurado techo para unas 600 personas.
Actitud solidaria
El barrio Madrid y el Centro Comunal Tierno Galván son una realidad, y constituyen, más allá de las palabras, la muestra palpable de una noble actitud solidaria. Pero con motivo de la entrega a la ciudad de Juigalpa de este nuevo barrio, la derecha más recalcitrante de esta comunidad, en palabras de su portavoz más cualificado, el señor Ruiz Gallardón, vuelve a escandalizarse del despilfarro que supone el dinero de los madrileños "en necesidades que no son las nuestras" y, para mayor vergüenza, a favor del "dictador Ortega".
Tales manifestaciones escandalizadas muestran bien claramente que el valor de la solidaridad no debe constar en el acervo político del Partido Popular, o al menos en el de sus líderes madrileños, y que sus aspavientos declamativos y anatematizantes, a la luz de las imágenes trágicas actuales de Centroamérica, sólo merecen como respuesta una cita evangélica: "¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que os parecéis a las sepulturas encaladas!; por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenas de huesos de muertos y podredumbre; lo mismo vosotros..." (Mateo 23, 27-28).
La Comunidad de Madrid, en representación de sus ciudadanos, ha tenido el honor de inaugurar, con el presidente de la República de Nicaragua, el Barrio Madrid, y podemos garantizar que nuestro nombre, el nombre de Madrid, ha cobrado en aquel país, lejano y próximo, el valor de una real. solidaridad, que pasa por privamos de algo nuestro, que sin duda necesitamos, para satisfacer necesidades infinitamente más acuciantes. Lo contrario sería hacer limosna de migajas o desechos, cosa que nunca debe aceptar ni la dignidad del pueblo que las entrega ni la del que las recibe.
La cooperación y solidaridad del pueblo español debe proseguir su rumbo; ayer Costa Rica, hoy Nicaragua, mañana Guatemala, o quizá algún país más que necesite su reconstrucción urgente, sobre una base de justicia y progreso social. En esta labor solidaria, la Comunidad de Madrid estará presente con su modesta aportación en apoyo de los programas de cooperación del Estado español.
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