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Felipe González pidió delante de la ejecutiva del PSOE que "se deje respirar en el partido"

Felipe González ha adoptado una actitud crítica hacia la intransigencia de dirigentes de su propio partido que han acumulado mucho poder y ahogan cualquier discrepancia. El pasado día 21 de febrero, en la reunión de la Ejecutiva Federal del PSOE y en presencia de Alfonso Guerra, el líder socialista dejó constancia de que hay comportamientos que logran infundir temor incluso en militantes relevantes y reclamó que "se deje respirar" en el seno de¡ partido. A diferencia de meses atrás, González está en estos momentos inclinado a presentarse a la reelección como secretario general del PSOE.

Algunos dirigentes socialistas especialmente próximos al presidente del Gobierno reconocen que todavía funciona el tandem político González-Guerra, e incluso perciben que el líder socialista va a mantener al vicesecretario general en sus cargos; pero resaltan la divergencia de puntos de vista de ambos ante dos asuntos importantes, como son la relación con los medios de comunicación y el funcionamiento del PSOE.González discrepó en la última reunión a la que acudió de la ejecutiva federal del PSOE de la actitud, sostenida por Alfonso Guerra, de "meter a toda la Prensa en el mismo saco". Pero el comentario que más llamó la atención de otros asistentes a la reunión fue su alusión al clima de temor que suscitan ciertas formas de ejercer el poder. Felipe González exclamó que "hay que dejar respirar" en el partido, expresión genérica pero significativa que fue interpretada por algunos asistentes como una alusión al estilo implantado por Alfonso Guerra, aunque utilizado no solo por él.

Partido anquilosado

El líder socialista es consciente de que el PSOE está anquilosado, "enrocado", en expresión de una de las personas que últimamente ha hablado con él. Aunque en meses pasados González ha meditado seriamente la conveniencia de plantear en el próximo Congreso federal su sucesión al frente del PSOE, en estos momentos está inclinado a presentarse a la reelección como secretario general.

Incluso personas consideradas valiosas y disciplinadas, que ocupan los segundos escalones de importantes ministerios, están tentados de inhibirse de participar en nuevas batallas políticas, si no se oxigena el partido, según fuentes socialistas. Algunos de esos altos cargos, así como ministros y ciertos dirigentes están participando en reuniones informales, por lo general entorno a una cena, para buscar salidas al encorsetamiento que perciben en el partido socialista.

En conversaciones privadas, el presidente del Gobierno ha reconocido que está "preocupado" por la interpretación que suscitó su advertencia de que si alguien perseguía la dimisión de Guerra obtendría también la suya como presidente, "por el mismo precio".

El secretario general del PSOE comparte la opinión de quienes consideran que el escándalo Juan Guerra está deteriorando, como ningún otro asunto, el crédito de los socialistas como políticos incorruptos y defiende que debe ser investigado hasta las últimas consecuencias. Según fuentes

socialistas, hace varias semanas dio personalmente luz verde a la iniciativa de responsables del Ministerio de Economía para que inspectores de Hacienda realizasen una exahustiva comparación entre la última declaración del IRPF de Juan Guerra y sus propiedades.Esta labor ya ha tenido como consecuencias visibles, hasta ahora, la formulación de una "declaración complementaria" por parte del hermano del vicepresidente.

Por otra parte, el secretario de organización, Txiki Benegas, se reunirá hoy en Madrid con los nueve presidentes de comunidades autónomas que son socialistas y los secretarios regionales del partido para analizar la situación política.

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