Los salmones están desapareciendo de los ríos españoles a una velocidad alarmante

Los pescadores que se adueñan de las orillas de los ríos salmoneros norteños, desde el Bidasoa hasta el Miño, confirman la mediocridad de esta nueva campaña. Estudios biológicos demuestran que el salmón está desapareciendo de los ríos españoles debido a las innumerables presas sumergidas, a los corrimientos de tierras y al deterioro de los cauces. Las repoblaciones efectuadas con huevas y crías de salmón escocesas e irlandesas no han dado resultados. Los biólogos estiman que o se transforma la estructura genética de la población salmonera o la especie puede desaparecer en el norte.

Basta echar una mirada a los últimos datos estadísticos para darse cuenta de que la decadencia de la especie pertenece a nuestro tiempo: los ríos asturianos Narcea y Sella, que durante años consecutivos de la década de los sesenta proporcionaron miles de ejemplares, no llegan en estos momentos de la temporada al medio centenar; en Galicia, ninguno de sus ocho ríos había alcanzado la semana pasada una decena de capturas, y el famoso Eo (703 ejemplares en 1967) sólo ha proporcionado un ejemplar.Más al este, en Cantabria, el desconcertante Pas, con 91 piezas, se halla a la cabeza de todos los ríos españoles, sólo ocho meses después de que un vertido de toneladas de leche en sus aguas hiciera prácticamente desaparecer la fauna piscícola de la parte alta del río. El Asón, que fue en los años cincuenta el primer río español ordenado para la explotación salmonera, no había superado las 15 capturas, cuando el pasado año había proporcionado 41.

Las sombrías predicciones del investigador William Shearer, perteneciente a la estación escocesa de Montrose, no resultan exageradas cuando dice que "si España no lleva a cabo las decisiones que debe adoptar, la población salmonera acaso alcance tan bajos niveles que pueda resultar. incapaz de mantenerse". Shearer estuvo recientemente en Santander formando parte de un Ilustre equipo de biólogos escoceses que analizaron con sus colegas españoles durante varios días los problemas del salmón atlántico en nuestras aguas. Este investigador cree que la ley de pesca española es aceptable, siempre que se haga cumplir.

El biólogo español Carlos García de Leaniz, que trabaja como becario en el laboratorio de Aberdeen (Escocia), recuerda que "las crías de salmón encuentran en los ríos españoles suficiente alimentación durante todo el año, mientras en Escocia, donde se pescan a caña 80.000 ejemplares por temporada, los alevines se enfrentan a condiciones mucho más delicadas y comprometidas para su supervivencia".

¿Qué está pasando entonces? ¿Cómo es posible que de 1954, un año esplendoroso, con 8.837 capturas, se pasara en 1985 a poco más de 2.000 y en 1989 apenas se alcanzara el medio millar entre todos los ríos del norte? Los biólogos achacan las causas de la decadencia y el incierto futuro del salmón en España a la existencia de innumerables presas sumergidas, al incesante corrimiento de tierras, a la progresiva captación de agua y a mil obstrucciones más que impiden, lo mismo en Galicia que en Asturias y Cantabria, la vida y reproducción del salmón; sin contar con la sedimentación, otro de los riesgos a los que se enfrenta la especie.

La Conferencia Internacional de Santander, celebrada el pasado año, estudió los problemas del salmón atlántico y resultó rica en ideas. Se trazó un programa de propuestas y actuaciones que el transcurso de los meses se convirtió pronto en papel mojado.

Fracaso de las repoblaciones

En esta reunión se puso de manifiesto el fracaso de las repoblaciones efectuadas en el curso de los últimos años mediante la importación de huevas y crías de salmón procedentes de otras aguas. El laboratorio marino de Aberdeen, en colaboración con la comunidad autónoma de Cantabria, dio la voz de alerta tras procesar las poblaciones autóctonas de salmones y las de los introducidos procedentes de Escocia e Irlanda, principalmente. Así se supo que de los 238 salmones pescados en el Asón durante 1987 sólo nueve eran extranjeros. En el mismo río, hasta el año pasado, se habían arrojado 1,5 millones de huevas de importación. Así que cada ejemplar capturado le cuesta a la Administración un un total de 180.000 pesetas.No se ha constituido ninguna comisión para el estudio y gestión del salmón atlántico con participación de las comunidades autónomas afectadas, ni se han sentado las bases para un desarrollo conjunto de programas científicos sobre el control y mejora de la calidad del agua, la biología y dinámica de las poblaciones y otros asuntos que figuraban en las conclusiones.