El dilema lituano
El bloqueo energético paraliza la república báltica
, Son 40.000 las personas a las que el bloqueo económico impuesto por Moscú ha dejado sin trabajo en Lituania. Así lo dio a conocer la primera ministra Kazimiera Prunskiene, que en una conferencia de prensa celebrada en Vilna calificó de "crítica" la situación económica. Además de que se ha paralizado la mayoría del transporte, ya han dejado de funcionar también todas las centrales térmicas que usan fuel, informó la jefa de Gobierno.
Las casas se han quedado sin calefacción y los habitantes sin agua caliente. Al mismo tiempo, debido a problemas tecnológicos, no funciona a pleno rendimiento la central atómica de Ignalina. La escasez de electricidad ha obligado a cerrar completa o parcialmente una serie de industrias.El Gobierno lituano mostraba grandes esperanzas en que el establecimiento de contactos directos con otras repúblicas de la URSS y con ciertas empresas le permitiría conseguir gasolina para el transporte y combustible para las centrales térmicas a pesar del bloqueo impuesto por Moscú. Sin embargo, a pesar de que dichos contactos existen con una serie de grandes industrias, no se ha producido alivio en la escasez de gasolina y combustible. El Kremlin obstaculiza que estas mercancías lleguen a Lituania.
Esto significa que en la república báltica ha comenzado una nueva crisis: la energética. A la ya acostumbrada escasez de gasolina y productos, de primera necesidad, que la población soporta pacientemente, incluso con dignidad, ahora se agrega el déficit de energía eléctrica.
Pero lo más grave está por venir. En la segunda mitad de junio y en julio el Gobierno lituano tendrá otro problema, que él mismo ha calificado de "amenazador". Llega la época de la recolección, transporte y elaboración de la producción agrícola, la principal riqueza de la república y no habrá combustible para la maquinaria agrícola. O el Gobierno en un futuro próximo encuentra en alguna parte gasolina para salvar la cosecha o deberá someterse a las condiciones de Moscú, es decir, congelar el acta de declaración de la independencia.
Salir de la crisis
Ni Prunskiene ni el viceprimer ministro, Algirdas Brazauskas, han podido proponer algo que realmente permita solucionar este acuciante problema y dicen estar buscando "intensamente" la forma de salir de la crisis. Los dirigentes lituanos han elaborado un buen programa que en el futuro lejano permitirá abastecer a esta república báltica de combustible. Pero no está nada claro qué se puede hacer en los próximos días y semanas.
En caso de que la cosecha se pierda, la escasez de productos alimenticios será dramática, lo que en la sociedad lituana podría provocar un cambio psicológico desfavorable al Gobierno. Los lituanos siempre han vivido mejor que el resto de la población de la URSS, y la crisis alimentaria puede ser considerada por elloscomo un precio demasiado alto por la libertad. Sin embargo, las dificultades causadas por el bloqueo que ha impuesto Moscú, por el momento no sólo no han minado la confianza del pueblo en la nueva dirección de la república sino que, por el contrario, han contribuido a elevar la solidaridad y el sentimiento nacional.
Así lo corrobora la última encuesta realizada por el departamento lituano del Centro Nacional de Encuesta a la Población, una organización soviética independiente. A 1.000 habitantes de Vilna en el curso de un día se les preguntó si el Parlamento lituano debía o no derogar la declaración de la independencia. El 72% de los encuestados se mostró contrario a derogarla.
El 80% de la población son lituanos, y el 20% restante se divide entre rusos (los más), polacos y bielorrusos, principalmente. Pues bien, están en contra de derogar la independencia el 95% de los lituanos encuestados, el 52% de los polacos, el 47% de los bielorrusos y 44% de los rusos.
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