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Yeltsin permite que un colaborador de Gorbachov sea primer ministro de Rusia

Pilar Bonet

Borís Yeltsin, presidente del Parlamento de Rusia, mostró ayer su voluntad de compromiso con el líder soviético, Mijaíl Gorbachov, y los sectores centristas al apoyar la candidatura de Iván Silaiev, que fue elegido jefe del Gobierno de Rusia en la segunda vuelta electoral, tras competir en la primera vuelta con el empresario Mijaíl Bocharov. Ni Bocharov, de 49 años, candidato de Yeltsin y de los reformistas, ni Silaiev, de 60, hasta ahora vicepresidente del Gobierno de la URSS, lograron los votos suficientes para triunfar en una primera vuelta.

Al conocerse los resultados, Yeltsin pidió un plazo de 20 minutos para deliberar, y, transcurrido este tiempo, sometió al Parlamento la candidatura de Silaiev exclusivamente."Les demostraré que no soy un conservador", dijo Silaiev tras ser elegido por 162 votos, entre algo más de 220 diputados del Sóviet Supremo ruso presentes en la sesión. Silaiev, ingeniero mecánico, coordinaba cuatro ministerios industriales en el Gobierno soviético. Al exponer su programa, se pronunció por la independencia de las empresas respecto a los ministerios, por la política de privatización, el desarrollo de la propiedad privada en la agricultura y un nuevo tratado de la Unión que refleje el papel de Rusia como factor integrador del Estado. Silaiev dijo que su programa había sido elaborado por un grupo de economistas de la Universidad Estatal de Moscú.

Mijaíl Bocharov, por su parte, desveló ayer un detallado plan de estabilización económica previsto para 500 días que, en realidad, es la alternativa de Yeltsin al programa estatal de Nikolái Rizhkov. El plan, de cuatro etapas, ha sido confeccionado por un amplio equipo de economistas, entre los cuales curiosamente se encuentran expertos del Consejo de Ministros de la URSS que preside Nikolái Rizhkov, según manifestó a EL PAÍS Mijaíl Bocharov, un dinámico economista e ingeniero, director de una fábrica de materiales de construcción y uno de los fundadores del Grupo Interregional del Parlamento soviético.

Entre quienes han contribuido al plan presentado por Bocharov ante el Sóviet Supremo de la República Federativa Rusa se hallan Nikolái Petrakov y Stanislav Shatalin, asesores económicos de Gorbachov, y Oleg Bogomolov, director del instituto que estudia la economía de los países socialistas. "No los escucharon en el Consejo de Ministros", fue la razón dada por Bocharov para explicar la situación de estos economistas cuyas propuestas no se reflejan en los planes del Gobierno soviético.

La actitud mostrada por Yeltsin ante Silaiev y el tono adoptado en una conferencia de prensa por Yuri Masliukov, miembro del Politburó del PCUS, asesor presidencial y jefe del Gosplan (el organismo central de planificación), corroboraban ayer la inminencia del compromiso entre el centro y los reformistas. El Gobierno de la URSS, según Masliukov, está dispuesto a examinar cualquier alternativa a sus planes de reforma económica "sea quien sea su autor", ya venga de la República Federativa Rusa, del Ayuntamiento de Leningrado o de la filial siberiana de la Academia de Ciencias de la URSS.

Los planes del Gobierno, que contemplan el alza del precio del pan y de otros productos básicos, serán reexaminados en septiembre. Mientras tanto, Mijaíl Gorbachov tiene el apoyo del Parlamento de la URSS para promulgar decretos que encaucen la transición hacia el mercado.

Petición lituana

El Gobierno soviético, accediendo a la petición de la primera ministra de Lituania, Kazimiera Prunskine, se avino a suministrar 3,5 millones de metros cúbicos de gas diarios para abastecer una fábrica de fertilizantes en Lituania a partir de hoy, según manifestó ayer Masliukov.La política de Mijaíl Gorbachov respecto a la estructura del Estado amenaza con desintegrar el Estado soviético, según el miembro del Politburó Egor Ligachov, cabeza de fila de los sectores conservadores en la dirección soviética.

Según el diario Izvestia, Ligachov se negó a dirigir una asociación campesina, recién constituida en Moscú, alegando que debía "continuar hasta el final" su lucha política, "en este peligroso momento para el partido y el Estado".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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