El PSOE engloba a IU, medios de comunicación y PP en una estrategia para quebrar su credibilidad
La dirección del PSOE acusa al Partido Popular de estrategias "amorales y poco escrupulosas", así como a Izquierda Unida por "hostigar" de manera permanente al PSOE, y a algunos medios de comunicación por restar "credibilidad" a los socialistas. Así se señala en el informe político de la comisión ejecutiva en el que se rinde cuentas a los miembros del comité federal de la gestión de los últimos seis meses. Este documento acaba de forma triunfalista por el resultado de las elecciones andaluzas, "que suponen un refrendo moral y político a un partido que ha sido objeto de operaciones de denigración".
Los miembros del comité federal recibieron ayer este informe de la ejecutiva sobre cuyo contenido podrán objetar el próximo 7 de julio en la reunión del federal. En ese encuentro también se discutirán los documentos que servirán de base al 32º congreso, que se convocará para el mes de noviembre. No es previsible que haya voces críticas en esa reunión, a excepción de los miembros de Izquierda Socialista.En este documento se parte del éxito electoral del PSOE en las pasadas elecciones de octubre para, de forma cronológica, pasar revista a los últimos avatares políticos con las acusaciones de presunto fraude electoral, provisionalidad de los resultados y corrupción política.. Para cada uno de estos apartados, los socialistas recuerdan las acciones que se han tomado, bien sean judiciales, parlamentarias y políticas. El PSOE deja ver que se ha encontrado en una situación de todos contra ellos, metiendo entre los agresores al Partido Popular, a Izquierda Unida y a algunos medios de comunicación, dejando a salvo a CIU, PNV y CDS por no cuestionar "los valores democráticos".
Campaña de infamias
Los socialistas percibieron que tras el éxito electoral de octubre la derecha reaccionó con una campaña de infamias orientada a forzar la dimisión de responsables políticos refrendados muy mayoritariamente en las urnas". "De esta manera, ciertos grupos de poder elevaron considerablemente el listón de los medios que están dispuestos a utilizar en una batalla por recuperar un poder que parecen contemplar como algo propio". Según su propio análisis, interpretan el pensamiento de los demás de esta manera: "Ya que no pueden ganar al socialismo en las urnas, hay que intentar abrir flancos en su credibilidad por todos los medios posibles".
A los medios de comunicación se les dedica distintas alusiones en este informe, y siempre en el apartado de Ia estrategia de la derecha". "Se ha intentado arrastrar hacia esta operación a sectores sociales y profesionales que, desde luego, no son los depositarlos de la soberanía popular, y cuya independencia y credibilidad, y hasta su mismo papel, se está comprometiendo gravemente en una lucha política de neto carácter partidista".
En su propia defensa, los socialistas proclaman que esta campaña" tiene que ver con la acción política del PSOE, que provoca resistencias por su supuesto contenido de izquierda. "No es sorprendente que dichas resistencias se hayan producido, ya que la política económica y social del PSOE ha venido afectando intereses bien concretos y están reduciendo eficazmente el poder insolidario de sectores históricamente dominantes en la sociedad española".
El caso Juan Guerra planea por el documento siempre de forma exculpatoria para el vicepresidente. "Ninguna persona puede ser inculpada de delitos que no ha cometido, ni responsable de comportamientos supuestos o reales de otras personas de su familia".
La dirección del PSOE menciona de nuevo a Alfonso Guerra al señalar que la oferta de diálogo realizada por el Gobierno fue respondida por el PP e IU, "jaleados por algunos grupos regionales", llevando el debate más allá de los problemas que preocupan a los ciudadanos, entrando en la denuncia de supuestos comportamientos deshonestos y en difamaciones sobre hechos veladamente afirmados, y nunca comprobados, dirigidos contra el vicepresidente del Gobierno".
El PSOE, después de enumerar las materias concretas en las que está llegando a acuerdos con CiU, CDS y PNV, se muestra muy duro con el PP e IU. El documento dice que el PP está preso de su incapacidad para aceptar unos resultados electorales que afianzan políticamente al PSOE y que "amenaza con quebrar irreversiblemente el modelo de dominación tradicional de la derecha española". Asimismo, el PSOE considera que el PP no tiene proyecto político de futuro, y le achaca Ia falta de un liderazgo estable y de suficiente entidad". A IU le atribuye "un alto grado de confusión y desorientación", para decir que "no encuentran mejor solución que establecer una alianza con la derecha más conservadora, en su política de hostigamiento a los socialistas".
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