Condenado a 63 años de prisión por robar a vendedores de cupones de la ONCE

Francisco Javier Puyo Jiménez, de 28 años, natural de Huesca y residente en Las Palmas de Gran Canaria, va camino de batir un récord en la historia de la justicia española. En los últimos tres meses ha sido condenado -en cuatro juicios celebrados en la Audiencia Provincial y en un juzgado de lo penal de dicha capital canaria- a un total de 63 años y seis meses de reclusión por delitos de robo. En tres de los casos sus víctimas eran vendedores de cupones de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE).

Puyo Jiménez ha sido defendido, de oficio o por designación, por tres de los mejores abogados de Canarias (Josefina Navarrete, Alfonso Calzada y Pedro Limiñana). El inculpado ha mostrado en sus repetidas comparecencias ante el juez un comportamiento anómalo. Nunca ha puesto reparo a las condenas, que ha aceptado dando su conformidad. Además, no ha tenido problemas para reconocer los hechos por los que se le ha procesado. Produce extrañeza, asimismo, la ligereza con que actuó en cada una de sus acciones punitivas. Algunos robos los cometió ante testigos, a plena luz del día, y en otros casos dejando huellas y rastros que le identificaban claramente.En la mayoría de los atracos cometidos a los invidentes solía utilizar el mismo modus operandi. Se hacía pasar por inspector de Prodiecu y les invitaba a que le acompañaran a una oficina de la capital grancanaria, donde, según él, unos clientes adinerados estaban dispuestos a comprar un número considerable de hojas de cupones. Una vez conseguido su objetivo, introducía mediante engaño al vendedor en un edificio elegido al azar, le sustraía la recaudación del día y los números que supuestamente iban a adquirir sus socios. Puyo Jiménez realizó la misma operación en nueve ocasiones hasta que fue detenido. A otros dos invidentes de la ONCE los desplumó introduciéndose por sorpresa en sus viviendas.

Su primera detención se produjo hace dos años. En aquella ocasión su abogado fue la letrada Josefina Navarrete. "Yo no pienso que mi defendido padezca enajenación mental; más bien me parece que es una persona con una gran fantasía, que trata de justificar su actividad delictiva con una parafernalia fuera de lo común", declaró la jurista.

Sonrisas y euforia

Puyo Jiménez se presenta siempre sonriente y eufórico en sus comparecencias ante el juez. Posa para los fotógrafos y facilita la labor a los periodistas ofreciendo todo tipo de declaraciones. Algunas, muy pintorescas. En uno de sus recientes juicios manifestó al periódico Canarias 7 que "todo es un montaje preparado por la ONCE y Prodiecu".Josefina Navarrete resta importancia a sus acusaciones y piensa que su cliente trata de "hacer un montaje porque piensa que así consigue que le apliquen condenas más suaves". La abogada recibió en una ocasión una llamada telefónica de la familia del delincuente, que desconocía el alcance de los robos cometidos por su pariente. "Una vez me llamó una tía suya para interesarse por su sobrino. Desconocía la importancia de los delitos que había cometido y tuve que contarle la verdad. Se llevó un gran disgusto. Me dijo que Puyo Jiménez había abandonado hacía años su hogar familiar y que siempre fue un chico incontrolado que pretendía vivir por encima de sus posibilidades económicas", declaró la abogada.

El condenado, cumple una condena de cárcel en la prisión de Salto del Negro, en Las Palmas de Gran Canaria.