Disidentes cubanos buscan piso
Los dos nuevos refugiados no temen los inconvenientes de la libertad
"Si Fidel Castro se atreve a Insultar a Fernández Ordóñez, Imagínese lo que es capaz de hacerle al pueblo", afirma Raúl Gómez, el director de orquesta de 47 años que ha decidido solicitar asilo en España junto con su mujer, la cantante Leonor Zamora, y su hija, Gretel, durante una gira de su espectáculo en Madrid. "Lo que dice de España es tan ilógico como el resto de la política de Castro, es como morder la mano del que te da de comer", dice Leonor. El matrimonio se ha encontrado con otros cubanos asilados a quienes conocen desde hace 30 años. Por primera vez se atreven a hablar de sus ideas políticas; hasta ahora, "ninguno de nosotros sabía cómo pensaba el otro", dicen.
El matrimonio Gómez vive en Parla en casa de un primo de Raúl, que trabaja como tornero. Aunque echan de menos el mar de Cuba están contentos "por la libertad" y sorprendidos porque en España cualquiera puede tener un video. Su primo, que se asiló en España hace diez años, coincidiendo con los sucesos del Mariel, está casado con una española y hace unos días obtuvo su nueva nacionalidad. Hace diez años, volviendo de Hungría su avión se averió en Canadá y estuvieron a punto de dar el paso: "No lo hicimos por la familia, pero rezamos a Dios para que se nos volviera a presentar la oportunidad", explican.Para que su espectáculo saliera al extranjero y su hija les acompañara tuvieron que esperar para ver las dotes musicales de Gretel "y vimos que también era artista, que podía cantar con nosotros. Sólo era cuestión de tiempo", dice Leonor.
Hace unos meses un empresario español les vió actuar en La Habana y pidió a la empresa Cubanacan (organismo cubano que controla las actividades artísticas en el exterior) que les permitiera contratar al grupo. Consiguieron firmar por cuatro meses, cobrando sólo las dietas. Con 2.000 pesetas al día, cada miembro de la orquesta tenía que pagar el alojamiento y la comida diaria. Precisamente, aprovecharon este viaje a Madrid para solicitar el asilo. Luego empezó la aventura burocrática: certificado médico, solicitud policial, y entrevistas con los asistentes sociales de la Cruz Roja.
Tras "Ia agonía cotidiana" del régimen castrista, lo único que les falta en España es encontrar trabajo. De momento, van a recibir las 40.000 pesetas de ayuda que la Cruz Roja ofrece a las familias de los solicitantes de asilo, pero se mueren de ganas de subirse de nuevo al escenario.
Desagradecidos
Su carácter salsero sólo se quiebra cuando recuerdan las vigilancias del vecindario y los otros "trabajos voluntarios" que cumplieron en La Habana presionados por el temor de ser tachados de "desafectos" hacia el régimen y perder la posibilidad de salir a actuar al extranjero. "Aquí en España nos sentimos libres, tienes todas las puertas abiertas para demostrar lo que eres y si no te gusta un sitio te vas a otro. En Cuba todo es un monopolio y las decisiones las toman siempre los mismos", explica Leonor.
Ahora están dispuestos a empezar de cero, como sus compañeros y amigos Ramón Veloz y Miriam Cabrera, quienes desde noviembre están acostumbrándose a una nueva vida. Han pasado de ser unos artistas considerados y famosos en Cuba a buscar contratos en un país donde no son conocidos. "Raúl y Leonor están deseando encontrar una casa para ellos, pero ya les hemos dicho lo difícil que están los alquileres en Madrid", explica el matrimonio Veloz. Cuentan también con el apoyo del resto de los disidentes cubanos en Madrid con quienes apuestan sobre los años que le quedan a Fidel en el poder. "Yo creo que para el 92, porque en ese año van a pasar muchas cosas en el mundo...", dice uno de ellos.
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