Irak y Kuwait discuten sus diferencias en Yedda
Yedda, la antigua capital de Arabia Saudí, fue ayer el centro de la reunión entre Kuwait e Irak para resolver sus diferencias fronterizas y los problemas derivados de la producción de petróleo. La conferencia, pospuesta desde el pasado fin de semana -Kuwait adujo "problemas técnicos"-, es el resultado de la mediación del presidente egipcio, Hosni Mubarak, quien no desea ver a dos de sus hermanos enfrentados en una guerra.Los número dos respectivos, Isat Ibrajim, vicepresidente del Consejo de la Revolución Iraquí, y el jeque Saad al Abdalá al Sabaj, príncipe heredero de Kuwait, llegaron poco después de mediodía a esa ciudad costera saudí, donde se entrevistaron por separado con él rey Fahd.
Fuentes diplomáticas de la región del Golfo han asegurado que las negociaciones serán "largas y difíciles". La Prensa iraquí destacaba ayer en sus editoriales la determinación de Bagdad de "recobrar sus derechos legítimos e inalienables" sobre Kuwait.
Sadam Husein no ha renunciado todavía a incorporar el pequeño emirato a su territorio. Desde la delimitación de las fronteras en 1961, tras la independencia kuwaití, Irak ha afirmado varias veces que Kuwait es un Estado soberano, pero que no debían olvidarse los lazos historicos y culturales que unen a los dos países.
Una simple cuestión económica ha podido más que la Uatania al Arabia (la nación árabe) propugnada desde los tiempos de Gamal Abdel Nasser y su sueño de un solo país árabe unido. Irak, empeñado hasta el último céntimo, con una deuda exterior de más de 45.000 millones de dólares, ha visto en Kuwait la solución a sus problemas. El pequeño principado posee las reservas de petróleo más extensas de la zona. Además, la amplia franja costera de Kuwait permitiría a los buques petroleros iraquíes operar con independencia de las aguas del Chat al Arab, el estuarío de los ríos Tigris y Éufrates, única salida al mar de Irak, prácticamente inutilizable desde su guerra con Irán.
Una ausencia notable
El ministro de Exteriores kuwaití, Sabaj al Ajmed, no acudió al encuentro. Irak le había acusado de ser el principal instigador de la política de su país contra él. Para los medios oficiales de Bagdad, Sabaj es un agente estadounidense cuyo fin último e "irresponsable" sería perjudicar los intereses de la república. Kuwait ha rechazado de lleno las acusaciones y las ha vuelto contra su vecino del norte. El emirato se ha defendido al aducir que Irak ha estado usando su petróleo para pagar sus crecidas deudas. Bagdad no pudo consentir que tan minúsculo país decidiera hacerle frente, y fue más allá. Unos 30.000 soldados de élite se estacionaron en la frontera común, en una seria advertencia para que Kuwait desistiera en su actitud. Según The Washíngton Post, el número de estas fuerzas ha ascendido a 100.000 en los últimos días. La crisis había comenzado. La propia flota norteamericana fue puesta en estado de alerta.
Por otra parte, también ayer dio comienzo en El Cairo la 19ª reunión de la Organización de la Conferencia Islárnica (OCI). Irán anunció después del discurso de apertura del presidente Mubarak que liberará a todos sus prisioneros de guerra egipcios. Más de 20.000 voluntarios egipcios lucharon contra Irán en la guerra del Golfo.
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