Susak, el hombre en Argelia
El hombre de Mauss en Argelia era Susak, un ladrón -común, de origen yugoslavo, que fue captado en 1974 en la prisión alemana de Hessen por la policía de este país. Susak fue primero adiestrado y después excarcelado por la puerta falsa para cumplir su cometido dentro de la operación Neulaúd. A mediados de 1977 se hizo detener en el sur de Gran Canaria robando en unos departamentos. De esta forma pudo relacionarse con los militantes del MPAIAC que estaban recluidos en la prisión de la isla. Tres meses después abandonó la cárcel y se desplazó a Argel. El nombre supuesto con el que se presentó a Cubillo era Hugo. Susak y Espinosa (hoy en prisión en España), bajo la atenta dirección de sus superiores en Hannover y Madrid, ejecutan un compló. Espinosa le ofrece a Cubillo, sin éxito, un barco y armas. Susak le propone secuestrar a alemanes adinerados residentes en las islas para pedir rescates.Cubillo afirma ahora que la estancia de Susak en la prisión canaria, que le abrió las puertas en el MPAIAC, "es todo un misterio, ya que no consta en ningún registro penitenciario, ni tan siquiera con los nombres falsos que solía utilizar: Hugo Kaufman, Kresco y Mandic". La ministra de Justicia de Baja Sajonia cita el dato que sirvió al Parlamento para tirar de la manta. Susak escribió a sus superiores, desde Argel, un mes antes del atentado a Cubillo, una carta comprometedora. "En ella dice que ha podido averiguar que Cubillo no tiene ni un solo amigo en su organización y que se cree que es un espía de la CIA. Susak alude a que podría ser asesinado y, de hecho, avisa que puede ocurrir de un momento a otro", señaló la ministra.
En saco roto
Según Mauss, el anuncio por Susak debió caer en saco roto: "Esto podía creerse o no. Aun cuando lo hubiéramos creído ¿qué podíamos haber hecho? Es lo mismo que si están trabajando contra Al Capone y se enteran de que va a ser asesinado".
El mismo día que se produjo el atentado a Cubillo se celebraba una reunión en Hannover a la que asistían el matrimonio Mauss, Boeden, Jullig, Wiehe y Borrak. Tres meses después, en julio de 1978, mientras el independentista canario se recuperaba de sus heridas en el hospital Mustafá de Argelia, el jefe de la policía de este país, Si Salah, detuvo a Susak en Argel. El agente alemán lo pasó mal en los calabozos argelinos, en los que permaneció seis semanas. Susak cantó todo lo que sabía, pero su declaración, en poder de la inteligencia militar argelina, no ha trascendido.
Susak, de vuelta a la RFA, recibió un tirón de orejas del jefe de la lucha antiterrorista de la BKA, Harald Wiehe. "Has delatado a la policía argelina al hombre de contacto español", le recriminó.
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