La OTAN, dividida por la posible extensión del conflicto a Turquía

La mayor parte de los países europeos miembros de la OTAN -en especial España, Francia y Alemania- contemplan con preocupación la extensión del frente" y la posible entrada de Turquía en la guerra contra Irak. Todos aceptan que un ataque iraquí desencadenaría la solidaridad aliada, garantizada en el artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte. No sería así en caso de un ataque de Turquía.

Si las hostilidades partieran de territorio turco, trataría de un caso no previsto y la decisión dependería de la voluntad política de los Gobiernos", afirmaron ayer en Bruselas fuentes de la Alianza Atlántica.La posición oficial es que nadie quiere abrir nuevos frentes, aunque representantes estadounidenses y británicos no ocultan la conveniencia de poder realizar ataques contra Irak desde suelo turco. La posición de representantes estadounidenses y alemanes es que en caso de que Turquía se vea involucrada, independientemente de que sea ella quien inicie las acciones, "entraría en juego la solidaridad aliada". La iniciativa turca, según esta tesis, estaría plenamente justificada por la aplicación de la resolución 678 de Naciones Unidas. La respuesta iraquí, sin embargo, implicaría "una amenaza a la integridad territorial de un país aliado".

Los representantes de los 16 países aliados analizaron también la posible entrada en el conflicto de Israel y el sentir general fue que este país "debe moderar su respuesta a Irak", según un diplomático. Fuentes de la OTAN admitieron en la tarde de ayer que habían sido informados de que 56 bombarderos israelíes habían partido de sus bases para engrosar la fuerza multinacional con base en Arabia Saudí. Como insistente rumor se apuntaba que "Turquía puede ser atacada en los próximos días".

El Consejo Atlántico de la OTAN -integrado por los 16 embajadores de los países aliados, el secretario general de la organización, Manfred Woerner, y el presidente del Comité Militar, Vizliek Eide- fue informado por el embajador de Turquía, Unal Unsal, de los acuerdos tomados por el Parlamento de su país el pasado jueves.

Bases para fuerzas extranjeras

El Gobierno ha recibido luz verde para permitir que fuerzas extranjeras, "no sólo de los países de la OTAN", puedan utilizar las bases turcas y a la vez tienen vía libre para llevar a cabo operaciones de respuesta contra Irak que le permitirían traspasar su frontera en la acción de castigo.

La decisión del Gobierno determinó que ayer unos tres millones de turcos se alejaran de la zona fronteriza hacia el interior y el norte para evitar un eventual ataque iraquí.

Turquía tiene actualmente más de 120.000 soldados movilizados para proteger sus 240 kilómetros de frontera común con Irak y ha iniciado el reforzamiento de esas fuerzas. Noventa aviones norteamericanos F16, F-15 y F-111 han recibido autorización para instalarse y operar desde la base de Incirlik, a 490 kilómetros de la línea fronteriza. De esta base partieron en la madrugada de ayer, al parecer, bombarderos americanos con la intención de liquidar el núcleo de la fuerza aérea que Irak protegió en la zona montañosa del norte. "Si esa operación se confirma", explicaron ayer fuentes de la OTAN, "no podría hablarse de una operación puramente ofensiva, pues quedaría enmarcada en la resolución 678 de la ONU".

Los aliados, en prevención de un ataque contra Turquía, han destinado su fuerza de disuasión naval disponible a proteger el Mediterráneo, reforzada por buques alemanes y griegos desplegados en la costa turca. La fuerza de intervención rápida de la OTAN, integrada por 42 aviones alemanes, belgas e italianos, realiza desde hace días tareas de vigilancia desde dos bases situadas a 20 minutos de vuelo de la frontera. Al margen, Estados Unidos ha enviado de refuerzo a Turquía aviones de vigilancia AWACS y, junto con Holanda, sistemas antimisiles Patriot.

Alemania sigue reticente

Bonn volvió a insistir ayer en que Alemania se mantendrá militarmente al margen de la guerra del Golfo, después de que la entrada efectiva de Turquía en el conflicto levantara temores de una agresión de Irak contra aquélla forzara la entrada de Bonn en la guerra, informa José M. Martí Font.

Hasta el momento, el Consejo Atlántico, el único organismo de alto nivel que, por su carácter político, reúne a los 16 aliados -Francia y España están fuera del mando militar integrado-, ha evitado un discusión a fondo del tema, aunque ha reiterado que un ataque contra Turquía se consideraría un ataque contra todos. Fuentes de la OTAN insistieron en que la guerra, por el momento fuera de zona, no es todavía materia de la Alianza Atlántica, al margen de que "a muchos de los integrantes del staff internacional les gustaría mucho tener algo que decir sobre la extensión del conflicto".

Si la agresión parte de Irak, la respuesta aliada es indudable. Sin embargo, la interpretación jurídica de algunas delegaciones es que, al contrario que en la UEO, en la OTAN el mecanismo de solidaridad no es automático y la decisión estaría sometida a consulta política. En la práctica, el automatismo de la respuesta aliada lo garantiza el mando militar integrado, que no incluye ni a Francia ni a España.

Si el ataque partiera de Turquía, "nos encontraríamos ante una casuística no prevista en un tratado de carácter defensivo, con lo cual está fuera de duda que sería necesario someter el tema a los Gobiernos", explicó un mando militar de la Alianza.