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GUERRA EN ORIENTE PRÓXIMO

Londres critica el tibio apoyo del resto de Europa

Los británicos están soportando el mayor número relativo de bajas de las fuerzas aliadas y ya han comenzado a mostrar su disgusto con lo que califican de timorata postura del resto de la Comunidad. Londres ha hecho un llamamiento explícito a una mayor contribución económica, y John Major, el primer ministro, ha dado a entender que los hechos demuestran que las grandilocuentes referencias a la unidad política europea no son sino retórica vana que será tenida en cuenta a su debido momento.El Reino Unido ya ha perdido en el Golfo cinco cazabombarderos Tornado y ocho hombres, dos de ellos confirmados como prisioneros de guerra. El coste de los cuatro primeros días de campaña ha ascendido a 100 millones de libras, según cifras de Defensa, que evalúa en 3,6 millones el coste de cada día de combate. El Gobierno hizo en diciembre en diciembre una provisióm presupuestaria extraordinaria de 500 millones para una campaña que entonces se estimaba podría ascender a 1.000 millones, y que, a la luz de los últimos acontecimientos, se cree que puede llegar a los 1.400 en el año fiscal que concluye en marzo, lo que deja unos números rojos de 900 millones. Los británicos temen que estos dispendios contribuyan a desequilibrar el presupuesto y que los aliados se laven las manos y les fuercen a soportar en solitario la carga económica. El ministro de Hacienda, Norman Lamont, ha tanteado las carteras germana y nipona durante la reunión del fin de semana del Grupo de los Siete en Nueva York y ha advertido que los aliados están respondiendo a un llamamiento de la ONU y no actuando en interés propio, por lo que "sería muy bueno que contáramos con alguna ayuda de otros países". John Major ha aprovechado la ocasión para llevar el agua política a su molino en cuestiones comunitarias. "No hay duda sobre la considerable disparidad con que los distintos países europeos han respondido a los problemas del Golfo", ha dicho en los Comunes. "La unión política y las políticas comunes exterior y de defensa en Europa tienen que ir más allá de declaraciones y convertirse en actos. Está claro que Europa no está preparada para ello y no deberíamos ser muy ambiciosos en lo que se refiere a la conferencia intergubernamental sobre unión política".

Whitehall acusa a los europeos de ser demasiado tibios y, en particular, despelleja a los belgas por negarse a vender municiones a los británicos. Los franceses, como siempre, atraen la mayor de las furias.

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