La UEFA ratifica la sanción al presidente rojiblanco

El jurado de la Unión Europea de Asociaciones de Fútbol (UEFA) rechazó ayer en Ginebra el recurso presentado por Jesús Gil, presidente del Atlético de Madrid, y ratificó la suspensión de todas sus funciones oficiales ante el citado organismo hasta el 31 de julio de 1992. El Atlético deberá pagar a la UEFA 15.000 francos suizos, unos 11 millones de pesetas, por gastos de procedimiento.El jurado de apelación calificó de "extremadamente graves, completamente infundadas y difamatorias" las acusaciones de homosexualidad vertidas por Gil contra el colegiado francés Michel Vautrot después del partido que éste dirigió al club rojiblanco contra el Fíorentina. Según el comunicado redactado por la UEFA, Gil no ha desmentido sus declaraciones y, simplemente, ha pretendido justificar su conducta con una pretendida campaña de prensa en su contra.

Gil, en sus alegaciones, defendió que un periodista lo provocó, lo que no fue tenido en cuenta por la UEFA. El jurado de apelación concluyó: "No se han visto razones para que la decisión adoptada por la comisión de control y disciplina rebaje la suspensión, que el jurado considera bastante indulgente, dadas las circunstancias".

El Atlético interpondrá una demanda sobre protección del honor contra el capitán del Real Madrid, Chendo, según informa Efe, por unas supuestas declaraciones de éste a El Independiente en las que afirmó que Tomás "es un delincuente y siempre va a hacer daño al contrario". Chendo recriminó durante el derby del jueves una dura entrada de Tomás.

Por otro lado, el austríaco Gerhard Rodax viajará hoy a la localidad de Muedling, a uno 10 kilómetros de Viena (Austria), para ser operado de la fractura del hueso malar izquierdo, lesión que padeció en el partido de Copa del Rey que el Atlético disputó el jueves contra el Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Rodax recibió la visita de Jesús Gil el mismo jueves por la noche, a quien comunicó su deseo de ser intervenido en su país, donde permanecerá hasta que pueda volver a los entrenamientos. "El presidente se ha portado como un amigo. Ha comprendido que en Austria está mi familia, mis amigos. Mi padre lo ha arreglado todo y un especialista me arreglará el hueso", comentó ayer el futbolista.

Rodax deberá permanecer tres semanas, como mínimo, sin entrenarse y un tiempo similar sin jugar para evitar otro percance hasta que el hueso reconstruido se suelde del todo.