La reina Isabel II
de Inglaterra recibió tres puntos de sutura en una mano tras ser mordida por uno de sus perros corgis el domingo en los jardines del palacio de Windsor. El accidente se produjo, según confirmó ayer el palacio de Buckingham, cuando la reina intentó poner fin a una pelea entre los perros. El periódico The Sun, que ayer publicó la noticia, señaló que fue el chófer de la reina madre, John Collins, quien resultó peor parado y necesitó asistencia hospitalaria. Roger Mugford, especialista en el comportamiento de estos animales y asesor de la familia real británica, ha comentado que los corgis tienen unos dientes muy poderosos y pueden ser "extremadamente peligrosos".
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