"Nunca seré embajador, ni político, ni ministro"
Akio Morita, al frente de un imperio, Sony, que se ha extendido incluso a Estados Unidos, donde ha desembarcado con la compra de la CBS y la mítica Columbia Pictures, reconoce que su forma de pensar es distinta a la del resto de los japoneses. Quizá por ello, Morita, de 71 años, que el martes visita España, es capaz de analizar con frialdad las relaciones, a menudo difíciles, entre Japón y Occidente. Sobre la actitud comercial del gigantesco entramado empresarial que co-dirige con su amigo Norio Ogha es rotundo: "No buscamos conquistas".
Decir Akio Morita es decir Sony, el gigante mundial de la electrónica al que dió vida hace medio siglo, cuando sólo era un joven físico de familia adinerada. Ahora, a sus 71 años, todo lo que diga o haga este hombre simpático, mundano, directo y amante del deporte, tiene trascendencia en Japón y fuera del país. Su imperio ya se ha extendido, incluso, a los Estados Unidos en donde ha desembarcado con la compra de la CBS y la mítica Columbia Pictures.Un gigante industrial cuya dirección comparte actualmente con su arrugo Norio Ogha, aquel músico que hace 30 años se atrevió a decirle que las grabaciones de Sony eran de pésima calidad y que se perfila como su claro sucesor.
Pregunta. ¿Fue difícil decirle a su padre que no quería trabajar en el negocio de sake de la familia a pesar de ser el mayor de los hijos?
Respuesta. Yo estudié Física y siempre tuve más interés en tecnología que en otra cosa. Así es que...
P. Y ahora el primero de sus hijos ha hecho lo mismo que usted. No trabaja en Sony y ha preferido el negocio de la familia. Es una venganza histórica.
R. (Risas) No, no. Yo aprendí de mi padre que cada uno tiene que trabajar en lo que realmente le gusta. Y él está contento así.
P. ¿Se siente diferente del resto de los japoneses?
R. Tal vez sí, porque he pasado mucho tiempo en Occidente. Desde que hice mi primer viaje al extranjero, hace casi cuarenta años, he estado yendo y viniendo y he vivido en Estados Unidos. Quizá por esa razón mi forma de pensar sea algo distinta a la de los demás japoneses.
Prejuicios
P. ¿Cree que a veces Occidente interpreta mal lo que hace Japón, que hay prejuicios racistas?
R. La malinterpretación se produce en uno y otro lado. Por lo que respecta a Japón los gobernantes, los líderes políticos y también los empresarios, a veces no se hacen entender muy bien qué quieren ante el resto del mundo. Algunos políticos occidentales, en particular los norteamericanos, se dan cuenta también que exagerando o atacando Japón pueden obtener más votos, incluso siendo conscientes de que ese tipo de política no es beneficiosa.
P. ¿Usted previó que cuando Sony adquirió Columbia en 1989 la operación iba a producir tanta conmoción en Estados Unidos?
R. No, jamás, porque otras empresas norteamericanas habían sido antes compradas por extranjeros. Murdoch, australiano, había comprado Century Fox y en el sector electrónico se habían producido adquisiciones por parte de franceses o de holandeses.P. Sí, pero Sony es una empresa japonesa. ¿Cree usted que hay más recelos en Occidente cuando es Japón el comprador?
R. Me sorprendió mucho que los norteamericanos se sintieran tan susceptibles. Un año antes habíamos comprado CBS Records y nadie dijo nada. La gente de CBS está muy contenta ahora con la gestión de Sony.
P. ¿No le parece que la guerra del Golfo ha demostrado que Japón está aún buscando una identidad en el concierto mundial? ¿Qué papel debe desempeñar en el futuro?
R. Japón tiene un poder industrial, económico y tecnológico tremendo. Debería utilizar todo ese poder para ayudar a los países en desarrollo, porque hay muchas naciones que todavían necesitan un fuerte respaldo de los países ricos, facilitarles tecnología, ingenieria y también ayuda financiera. Al ser uno de los líderes de los países más industrializados, debería utilizar de manera más activa y positiva su poder para ayudar al mundo más pobre.
P. Usted suele decir que no es un político, pero de una forma u otra siempre se le ve envuelto en política y algunos opinan que Akito Morita podría ser un estupendo representante de Japón.
R. Nunca seré embajador, ni político, ni ministro. No quiero meterme directamente en la política, porque es una profesión distinta a la mía y los políticos son gente distinta a mí. Tengo muchos amigos en ese mundo, pero siempre permaneceré al margen.
P. ¿Y qué piensa de esa opinión que tienen muchos de sus compatriotas de que Japón tiene empresarios de primera y políticos de tercera?
R. Sí, no sé si se trata de primera y tercera, pero sí sé que nuestros empresarios tienen una mentalidad internacional mientras que los políticos, no. El político aquí como en otro país tiene que ser popular entre sus electores para ganar votos. En cambio,' en mi mundo de empresa, por fortuna, no hay un sistema democrático y yo no tengo que preocuparme de ser reelegido por los empleados de la compañía (risas). Es una ventaja porque de lo contrario no podríamos dirigir firmemente los negocios.Estilo abiertoP. La seguridad que usted muestra y el estilo abierto de vida que tiene no encajan muy bien con el carácter en general reservado de los japoneses. ¿Cómo se define a sí mismo?
R. Es difícil contestar eso. Yo comencé desde muy temprano a hacer negocios en el extranjero, especialmente en Europa y Estados Unidos y por eso pensé que nuestra companía debía tener una filosofia global. Mi primerViaje a Europa, en el que incluí también a España, fue en 1953. A Estados Unidos también lo hice desde muy pronto. En 1960 fundamos Sony América y en Suiza, Sony Exterior para el mercado europeo. Nos dimos cuenta que si queríamos vender en todo el mundo debíamos montar fábricas en cada mercado y este eS el motivo por el que empezamos a poner en práctica desde el primer momento la globalizaCíón. Sony tiene casi 100.000 empleados en todo el mundo de los cuales el 45% no son japoneses. En ese contexto creo que Sony es ánica.
P. ¿Qué- piensa cuándo escucha voces en Occidente que dicen que los japoneses han montado su propio caballo de Troya y que con esta estrategia sólo buscan conquistar los mercados norteamericano y, europeo?
R. No estoy de acuerdo. No creo que busquemos conquistas. Desde hace mucho tiempo vendemos productos fuera y querernos mostrar que utilizando gestión, mano de obra y materiales locales podemos producir artículos de calidad para el consui-nidor local. Esto es, en definitiva, realizar operaciones globales lo cual significa tener que expandir rnás nuestra producción. En Barcelona vamos a abrir una segLin(la fábrica de televisores en color porque la primera es insuficiente para cumplir el objetivo de servir al mercado europeo o a otros."Algunos políticos occidentales, en particular
los norteamericanos, se dan cuenta
de que atacando a Japón pueden obtener más votos"
Éxitos, fracasos, Michael Jackson y Julio Iglesias
La ayuda más concreta nipona al inicio de la Guerra del Golfo no fue otra cosa que el wa1kman, un artilugio que no tuvo un parto fácil y del que se han vendido más de cincuenta millones desde que nació en 1979. "Le tengo gran carino . Es como un hijo pequeño", afirma Morita.P. Imagino que con el walkman tuvo que esforzarse para convencer a la compañía del éxito que iba a representar fabricar un artilugio como ése.
R . Sí, sí, tuve que luchar. A Ibuka, el presidente entonces, le gustó la idea, pero no tanto a nuestros técnicos. Sostenían que un magnetofón debía tener capacidad para grabar, pero yo les dije que el público necesitaba también un aparato que pudiera servir sólo para escuchar y que tuviera un buen sonido. Presioné porque estaba seguro que a los jóvenes les iba a gustar. El walkman es como mi bebé.
P. No todo han sido éxitos. ¿El video Betamax es el gran fracaso de Sony?
R. En cierto modo se puede aceptar que fracasamos, pese a que logramos desarrollar muy bien el sistema. Sin embargo, ahora producimos Betamax, VHS y vídeo de 8 milímetros, con lo que nos hemos convertido en el mayor fabricante de vídeos del mundo.
Somos muy flexibles y si vemos que VHS es más adecuado nos dedicaremos sólo a fabricar este sistema. Por otra parte, a través de la experiencia de Betamax nos dimos cuenta de la importancia que tiene el software.
P. Si tiene que elegir entre escuchar una casete de Von Karajan y otra de Bruce Springsteen, ¿Con cuál se queda?
R. A mí me gusta la música moderna. Me gusta Springsteen, me gusta Michael Jackson. Cada vez que Michael viaja a Japón, viene a verme.
P. ¿Ha hablado con él después del multimillonario acuerdo que ha suscrito con Sony Music Entertainment?
R. No, no, es algo que no me compete (risas). Una persona que siempre quiere saludarme cuando viene a Tokio es Julio Iglesias. Lo encuentro encantador. Me dijo que había leído mi libro (-Madein Japan-) y que quería con-)cerme. Michael Jackson también lo ha leído. Es un joven inteligente y de gran inocencia. Vino a verme a mi despacho la última vez que estuvo aquí y me preguntó que hacía para motivar a los jóvenes. Tal vez no parece lo que es, pero es una persona muy agradable.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.