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LA CIUDAD VERDE

Siete asignaturas pendientes

"A pesar de que la Asamblea regional aprobó por unanimidad la declaración de cinco nuevos grandes espacios protegidos hace más de un año, el desinterés hacia su creación mostrado por el Gobierno regional, y en concreto, por la Agencia de Medio Ambiente (AMA), no lo hizo posible. De hecho, durante la anterior legislatura la Comunidad de Madrid ha sido una de las autonomías que menos áreas protegidas ha declarado", afirma José Luis García, de Aedenat, una de las asociaciones ecologistas más activas, miembro asociado del Buró Europeo del Medio Ambiente.Las cinco áreas cuya declaración como parques naturales fue exigida por el propio Parlamento madrileño, en 1990, y "antes del plazo de un año", son éstas: la sierra norte; Peñalara-valle del Lozoya; la confluencia Jarama-Manzanares; el eje del río Guadarrama y los pinares y encinares del suroeste regional. Todas estas zonas se encuentran en estos momentos sometidas a fuertes presiones urbanísticas, a la invasión incontrolada de visitantes cada fin de semana y a un deterioro medioambiental acelerado.

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Vías pecuarias

En lo que se refiere a vías pecuarias, los llamados caminos de la conservación, la situación no es menos grave. Aunque la red de cañadas, veredas y cordeles madrileña pudiera constituir un excelente sistema de corredores verdes, aplicable al uso y disfrute públicos, su destrucción avanza merced a las construcciones ilegales, los vertederos incontrolados. o los cierres y cortes en su trazado, "a menudo llevados a cabo por los organismos oficiales encargados de las obras públicas", explica Hilario Mediavilla, geógrafo, uno de los expertos españoles en materia de vías de comunicación tradicionales.Preocupa también enormemente, según la Coordinadora de Organizaciones de Defensa Ambiental (CODA) y Aedenat, la política forestal de la Comunidad, la cual, durante los últimos cuatro años, habría sido de inactividad completa. Apenas se han realizado correctas repoblaciones forestales, no se han comprado fincas y no se ha declarado un solo monte utilidad pública. De esta lamentable situación, los ecologistas salvan en su crítica al parque regional del Manzanares, en el cual, "gracias a su autonomía de gestión y a la actitud de sus responsables, se habría llevado a cabo una política forestal modélica". De cara a la próxima legislatura, piden "repoblaciones con especies autóctonas, la recuperación sistemática de los bosques de ribera y arroyos, así como la creación de consorcios con particulares para mejorar las masas de encinar y frondosas existentes en la región". La creación de al menos dos parques metropolitanos resulta prioritario: la Casa de Campo del noroeste (en la zona de Hortaleza) y otro más situado entre los grandes núcleos del sur madrileños (Getafe-Parla-Móstoles).

Reducir la presión

"Estos parques de ocio-naturaleza deberían cumplir una función social básica, reduciendo la presión sobre otras zonas naturales de la región y ampliando las posibilidades de esparcimiento sin necesidad de realizar grandes desplazamientos en automóvil", explica Arturo Crossby, director del Centro Europeo de Estudios Ambientales y Turísticos.Desde el punto de vista cinegético, destaca la petición masiva de prohibir las siguientes modalidades de caza, vigentes en Madrid: cepos, lazos, trampas y métodos no selectivos; caza de aves acuáticas, palomas en paso y fringílidos; cetrería; la media veda; la caza en los terrenos libres... A juicio de Aedenat, "la prohibición de estas modalidades sólo afectaría a un reducido número de cazadores. Estas modalidades, aunque son muy destructivas son también muy minoritarias".

Se considera especialmente urgente iniciar campañas de sensibilización de la población para evitar el consumo irracional, "priorizando la recogida selectiva de basuras e incentivando el reciclaje". Se pide, asimismo, un plan regional de energías renovables para potenciar su uso, "que no contemple la incineración de residuos sólidos para producir energía por ser muy contaminante".

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