Banesto e Hispano controlan el 19%, a partes iguales, de Aerolíneas Argentinas
El Banco Español de Crédito (Banesto) y el Banco Hispano Americano son los socios que Iberia ha mantenido tapados dentro del consorcio que ha adquirido Aerolíneas Argentinas. Estos dos bancos tienen, cada uno, el 9,5% del capital de la mencionada compañía. Su presencia respalda a Iberia en la gestión de la compañía. Entre los tres suman un 49% del capital de Aerolíneas en manos españolas. La operación fue formalizada ayer por el Gobierno argentino, que liberalizó las acciones para venderlas. Por otra parte, el presidente de Iberia presentó ayer a 250 directivos su plan estratégico.
La identidad de las dos entidades financieras españolas ha sido guardada en total secreto por parte de Iberia mientras se han mantenido las negociaciones para cerrar el acuerdo de compra. Los dos bancos accedieron a constituir un único paquete para adquirir el 49% del capital de Aerolíneas que legalmente podía vender a extranjeros.El acuerdo, que pone fin a una larga ristra de negociaciones y tensiones, fue firmado definitivamente ayer en Buenos Aires. Para ello, el gobierno presidido por Carlos Menem ha tenido que reconocer una serie de deudas existentes en la compañía debido a billetes usados y no pagados, facturas no cobradas y diferencias de inventario y cuyo valor total se ha fijado en 151 millones de dólares (alrededor de 17.100 millones de pesetas al cambio actual).
El pago
De esta forma, el pago definitivo que ha hecho el consorcio encabezado por Iberia, que preside Miguel Aguiló, alcanza un valor nominal de 1.731 millones de dólares (cerca de 200.000 millones de pesetas). El acuerdo tuvo una primera fase, en la que el consorcio desembolsó 130 millones de dólares al contado, otros 142 millones en bonos externos argentinos (bonex) emitidos por el Banco Central argentino y 840 millones en deuda exterior argentina. El desembolso efectivo de estos dos últimos pagos, no obstante, será del 46% en el primer caso (67,16 millones), mientras que en el segundo se pagó al 13% (109 millones), según fuentes de Iberia.
La segunda fase, que es la que se tendrá que hacer efectiva ahora, consiste en el pago de 770 millones que restan para completar el compromiso de adquisición de deuda argentina y que se efectuarán al interés que se acuerde entre las partes según el mercado. En el momento de la adjudicación el precio de la deuda era del 22% del valor nominal, aunque en estos momentos se ha situado en torno al 30%. Iberia, sin embargo, no estaba dispuesta a elevarla tanto. De cualquier forma, de los 770 millones hay que descontar los 151 millones de dólares reconocidos como deuda. Por ello, el pago que resta es de 619 millones nominales.
El acuerdo queda pendiente de la ratificación por la Sindicatura General de Empresas Públicas y de que se de a conocer el dictamen sobre cuestiones técnicas de inventario a las Fuerzas Armadas argentinas.
Las negociaciones para la compra de Aerolíneas se han alargado más de un año. A lo largo de ellas, se han producido cambios en el consorcio, de manera que el empresario Pescarmona, que era el socio argentino con mayor presencia (el 17%), se retiró pasando su participación a manos de los otros dos socios privados (Amadeo Rivas y Construcciones Devicenzo), que pasaron a sumar el 36%. El cuadro de accionistas lo completan el gobierno argentino con el 5%, los trabajadores de Aerolíneas con el 10%, un particular nativo con el 2% y los socios españoles, con el mencionado 49%. Iberia se queda con la gestión de la empresa aérea, además del principal paquete.
La expansión en Latinoamérica es uno de los puntos básicos de la estrategia de Ibería, que ayer fue presentada al cuadro directivo en una con,Yención celebrada en Madrid. Los 250 directivos (área corporativa, unidades de negocios y delegaciones extranjeras) y los representantes sindicales recibieron las líneas maestras del plan estratégico que Iberia tiene que presentar en breve a su accionista, el INI, y que, además de la internacionalización, busca el incremento de productividad y la mejora de la competitividad frente al resto de compañías auroepas.
Por último, las líneas aéreas europeas, que se resienten todavía de los costes que supuso la guerra del Golfo, pidieron ayer a la CE que no introduzca nuevas leyes en favor de la liberalización del sector, según informa Reuter.
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