Alarma en el Gobierno por el parón en la unidad europea

La trascendencia que el Gobierno concede a la preparación de la economía española para que compita con solvencia en el mercado único europeo de 1992 queda reflejada en su decisión de dedicar a este asunto el primer debate parlamentario importante. En la tercera semana de éste mes, el ministro de Economía, Carlos Solchaga, subirá a la tribuna del Congreso de los diputados para explicar a las fuerzas políticas el plan de competitividad del Gobierno e intentar conseguir de la oposición parlamentaria el respaldo que le denegaron los sindicatos a comienzos del verano.En el ecuador de tina legislatura que la oposición considera languideciente-el Partido Popular cree incluso que habrá elecciones anticipadas en el otoño de 1992-, los socialistas confían en conservar como socios al CDS y a los nacionalistas vascos y catalanes, según relató ayer el ministro para las Relaciones con las Cortes, Virgilio Zapatero.

Pero el PNV, que en Euskadi parece decidido a conseguir, y capitalizar, la plena incorporación de HB a las instituciones vascas -mientras que el PSOE defiende la eficacia de mantener aislada a HB- van a exigir verdaderas "contrapartidas", según advirtió ayer su portavoz en el Congreso, Iñaki Anasgasti. Y los nacionalistas catalanes, con las elecciones autonómicas a la vista, van a disparar sus exigencias en las mesas en que se negocie el "pacto autonómico" y la nueva financiación territorial.

Desde una oposición frontal, el PP apuesta por demostrar a cada instante que el Gobierno

está bloqueado". De ahí que ayer su secretario general, Francisco Álvarez Cascos, pronosticase que el curso "va a ser de una tensión inusitada, por el fracaso del Gobierno". Aunque por otros motivos -la desintegración de la URSS, la consecuente complicación para la unidad económica y política europea y las reivindicaciones nacionalistas de Jordi Pujol- esa tensión ha comenzado.