Resurrección de la 'doctrina Monroe'
En su réplica (EL PAÍS, 7 de septiembre) a mi artículo sobrePasa a la página siguiente
Viene de la página anterior
el acuerdo de libre comercio entre México y Estados Unidos (EL PAÍS, 24 de junio), Carlos Malamud afirma que el tratado favorece la democratización política mexicana y permite al país recibir cuantiosas inversiones extranjeras. En general, considera que, como si de un casamiento de conveniencia se tratara, las ventajas del acuerdo son, para cada una de las dos partes, mayores que los inconvenientes que acarrea.
Esas opiniones son discutibles. En primer término, liberafizacion comercial y democratización política no van siempre de la mano. Baste citar los casos de Chile o Argentina a finales de los años setenta y el de China en los ochenta. En el mismo México, la pervivencia de prácticas electorales fraudulentas en los comicios del pasado 18 de agosto siembra dudas sobre la aplicación de la voluntad democratizadora de Salinas de Gortari. Como ha dicho un senador demócrata estadounidense, es paradójico firmar un acuerdo de libre comercio con un país que no es libre.
En segundo lugar, el crecimiento de la inversión directa extranjera en México no ha sido, hasta el momento, tan grande como supone Malamud. Según datos del Banco de México, ha aumentado sólo un 30% entre 1987 y 1990, mientras que se ha duplicado a nivel mundial. Las inversiones directas en México disminuyeron en 1988 y 1989 y el que en 1990 alcanzaran 4.200 millones de dólares (y no 2.000, por cierto, como dice Malamud) obedece, sobre todo, a factores coyunturales (como las privatizaciones de empresas y bancos públicos).
Para muchos analistas, el acuerdo de libre comercio y, en general, la iniciativa por las Américas del piresidente Bush supondrán para los países del subcontiriente más costes que ventajas. En particular, es muy posible que incrernenten la subordinación económica y política de América Latina respecto de Estados Unidos. Más que una moderna propuesta de matrimonio de conveniencia, parecen una versíón de una vieja historia de principios del siglo XIX: la doctrina Monroe.- profesor de la Universidad Complutense.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.