El fugitivo de la cárcel de Pamplona se entrega a la policía y pide perdón

Santiago Garijo, el homicida que intentó robar un arma a un policía y secuestró a una mujer en Vitoria tras evadirse de la cárcel de Pamplona, se entregó ayer cuando ya estaba cercado por la policía en el barrio vitoriano de Aretxabaleta. Un telefonazo y la presencia de dos personas en un coche condujeron hasta su escondite. Garijo tenía marcas de autolesiones en los brazos y en un escrito pedía perdón a todas aquellas personas a las que había molestado.

Casi a las tres de la madrugada el fugitivo se entregó con el cuchillo que le había acompañado en su viaje. El preso, que cumplía condena por la muerte de un anciano de 64 años, permanecía ayer en la comisaría de Vitoria. Garijo será acusado de los delitos derivados del secuestro y tentativa de robo con arma blanca.Los cuerpos policiales encontraron su rastro gracias a una llamada telefónica de un vecino que le reconoció cuando salía de un bar en una zona próxima al barrio de Aretxabaleta. Eran las 23.30 del jueves. La pista ponía otra vez en marcha la alerta policial. Faltaban pocos minutos para las 2 horas del viernes cuando un coche matriculado en Navarra levantó sospechas en la zona. En su interior había un hombre y una mujer.

La muchacha bajó del coche y se introdujo en una casa abandonada que tenía rota la puerta. El hombre del vehículo se identificó como un sicólogo y dijo a la policía que Santiago Garijo se había puesto en contacto telefónico con ellos y había manifestado su intención de entregarse.

Cuchillo de acero

El preso se entregó poco después. Salió con los brazos en alto y con el cuchillo en una mano, un Stainless Steel de grandes dimensiones con el que días atrás había amenazado a un agente urbano para intentar robarle el arma y secuestrado a una mujer para que le trasladara en su automóvil fuera de Vitoria.El sicólogo entregó a la policía un trozo de mapa en el que había escrito: "He aquí mis últimas palabras". A continuación el fugitivo pedía perdón a todas las personas que había molestado. Miembros del Cuerpo Nacional de Policía le trasladaron al Hospital de Santiago ya que tenía marcas de cortes en las muñecas. Según el sicólogo, las heridas son el resultado de una tentativa de suicidio. La Policía Municipal de Vitoria y la Nacional han agradecido la colaboración ciudadana.