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El 30% de la 'autopista' de Aragón incumple las condiciones necesarias para serlo

Juan Carlos Sanz

Telemadrid emite anuncios de la Diputación General de Aragón. En estos mensajes publicitarios, el Gobierno autónomo aragonés invita a los madrileños a esquiar en el Pirineo. Ahora está mucho más cerca. La propaganda oficial ha equiparado la autovía Madrid-Zaragoza -concluida el pasado diciembre- a una autopista, pero la práctica de su funcionamiento muestra que el automovilista puede encontrarse en un cambio de rasante con una lenta cosechadora o con un tractor que invaden parte de su carril. El director general de Carreteras, José Javier Dombriz, reconoce que la autovía que une Madrid con la red de autopistas europeas incumple en un 30% de su trazado las condiciones exigidas para servir como tal.

El ministro de Obras Públicas y Transportes, José Borrell, declaró el 28 de diciembre pasado, en el acto de inauguración del último tramo de la obra -en el punto kilométrico 153,2, cerca de Medinaceli (provincia de Soria)-, que la autovía tiene las características técnicas de autopista en el 95% de su trazado: un radio mínimo de 450 metros en las curvas y ausencia de semáforos o cruces a nivel a lo largo de sus 326 kilómetros.Pero cerca de la mitad del recorrido -154 kilómetros- se construyó mediante la simple duplicación de la calzada existente, y sólo una tercera parte -108 kilómetros- corresponde a nuevos trazados, en su mayoría, en las variantes de las poblaciones que antes atravesaba la carretera.

El resto ya estaba en funcionamiento antes del año 1985, cuando se diseñó el plan de carreteras.

Ahora es posible viajar desde Madrid hasta París o Hamburgo sin temor a encontrarse un camión de frente, pero en los tramos de la autovía de Aragón que no tienen itinerarios alternativos, el conductor se puede topar en su carril con un ciclista o una cosechadora, lo que puede resultar peligroso incluso circulando a los 100 kilómetros por hora que Obras Públicas calcula como velocidad media.

"No incomodan a nadie" asegura el director general de Carreteras, quien considera que la presencia de vehículos lentos no es esencial para impedir la fluidez del tráfico.

Sin embargo, Dombriz anuncia que en la segunda fase del plan de carreteras, que deberá diseñarse antes de que acabe este año, está previsto dotar a la autovía de Aragón de las características de una autopista para cumplir, además, un mandato del Parlamento. "La actual configuración del trazado admite su transformación en autopista", precisa el director de Carreteras, quien subraya que en la actualidad está perfectamente señalizada.

Torrejón de Ardoz

El nuevo plan de carreteras prevé también, según Dombriz, la construcción de nuevas vías de penetración en las grandes ciudades, lo que, en el caso de la autovía de Aragón, implicará un acceso directo desde Torrejón de Ardoz hasta la M-40, y la construcción de la circunvalación sur de Zaragoza.

El Ministerio de Obras Públicas asegura que la autovía ha sido diseñada para absorber un tráfico de hasta 45.000 vehículos diarios, cuando en la actualidad no llega a los 10.000.

Este periódico pudo comprobar que tras la apertura definitiva de la autovía de Aragón (tres días después, el 31 de diciembre) dos carteles informaban de que dos tramos se encontraban aún "en servicio provisional". Según fuentes del ministerio, estas indicaciones sólo reflejan que la obra no había cumplido el trámite administrativo de entrega de las obras por parte de las empresas constructoras.

Curvas reformables

El propio ministro José Borrell reconoció durante la inauguración de la autovía (que pasa por las provincias de Madrid, Guadalajara, Soria y Zaragoza) que será necesario modificar el trazado de alguna curva -a la salida del túnel del puerto de Moratapara mejorar la seguridad de la circulación.

El director general de Carreteras amplía las reformas a otros puntos: una curva situada a la salida de la variante de Alcalá de Henares (en la que se recomienda una velocidad máxima de 60 kilómetros por hora), en dirección a Zaragoza, y otra -en el acceso a la variante norte de la capital aragonesa-, en las próximidades de su Feria de Muestras.

En algunos tramos, la autovía de Aragón tiene descensos y giros pronunciados -por ejemplo, en los puertos de Alcolea y Morata-, y baches en los puntos de conexión de las calzadas de asfalto convencional con las de firme antideslizante. Un termómetro electrónico informa a los conductores de la temperatura ambiente en una zona donde son frecuentes las heladas en invierno.

La autovía de Aragón ha costado 75.000 millones de pesetas, con una media de más de 286 millones por kilómetro.

En los llanos de la Alcarria, el kilómetro ha salido por poco más de 100 millones de pesetas, pero en los viaductos de Alhama de Aragón el coste se ha disparado por encima de los 750 millones. La carretera Nacional II (Madrid-La Jonquera) ha vadeado 22 municipios con variantes de nueva planta.

La variante de Jacinto

En prolongados tramos de la autovía de Aragón, especialmente los que discurren por las provincias de Soria y Zaragoza, los viajeros no encuentran gasolineras, restaurantes o áreas de servicio a pie de carretera. Sin embargo, en la mayoría de las salidas los indicadores informan de la proximidad de las áreas de servicio que se mantienen en la antigua N-II.El director general de Carreteras, José Javier Dombriz, asegura que Obras Públicas no quiso afectar a la industria y los servicios de los municipios, y por ello no se autorizó la instalación de nuevas áreas de servicio. "El reglamento de carreteras, en fase de estudio, regulará antes del próximo verano dónde y cómo se van a poder construir las áreas de servicio", advierte Dombriz.

Jacinto de Miguel, militante del Partido Popular, es alcalde de Medinacelli desde hace 13 años y propietario de la mejor área de servicio (gasolinera, hotel, restaurante) de la antigua N-II. La autovía ha dejado de lado su pueblo y su negocio.

"Aún es pronto para evaluar los efectos, de la autovía, pero sin duda va a suponer un trauma para la vida de muchos municipios", apunta De Miguel. Las cajas de sus establecimientos ya han reflejado un descenso en las recaudaciones. El alcalde de Medinaceli se muestra pesimista: "Estoy seguro de que los pueblos se van a quedar sin nada y de que el ministerio concederá las áreas de servicio a grandes empresas".

Sin embargo, asegura que no va a "sacar a los vecinos a cortar la autovía". Prefiere mantener los recursos judiciales y las quejas ante el Defensor del Pueblo.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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