Un juez conmuta la pena a un ex toxicómano para que no vuelva a la droga en Carabanchel
JOSÉ ANTONIO HERNÁNDEZ, Un juez de Madrid ha conmutado a un drogadicto rehabilitado una pena de dos años de cárcel, que él mismo le impuso, para evitar que se tope de nuevo con "la abundante droga que se mueve en Carabanchel". Así lo afirma Eduardo López-Palop, titular del Juzgado de lo Penal número 17 de los de Madrid. Este magistrado condenó a Rafael Arispe Berna, madrileño de 30 años, a 24 meses de prisión por haber desvalijado la casa del diputado y secretario de movimientos sociales del PSOE, Alejandro Cercas.
Rafael Arispe apeló la condena, que fue confirmada por la Audiencia. Sin embargo, cuando debía ingresar en Carabanchel, tres años después del julcio, el magistrado lo ha libertado. Arispe, presa de su toxicomanía, cometió la fechoría cuya pena ha logrado eludir el 4 de noviembre de 1988. Se deslizó por una terraza hasta la vivienda del diputado Cercas (también miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE), donde sustrajo todo lo que encontró de valor -joyas, equipos musicales y de vídeo...- para luego canjearlo por droga o por dinero. Meses después de su detención, salió en libertad e inició una particular batalla contra la droga, ayudado por su familia. Las diligencias judiciales, sin embargo, caminaban paralelas. Y el juicio llegó. También la implacable petición del fiscal: cinco años de prisión menor. El acusador le imputó un robo y la circunstancia agravante de casa habitada.Atenuante muy cualificada La sentencia fue condenatoria: dos años de prisión menor, aunque el juez entendió que en la acción de Arispe concurría la atenuante, muy cualificada, de drogadicción. "Padece una adicción severa a la heroína, con polarización de su conducta hacia el consumo de heroína", refiere el juez. No obstante, la ejecución de la condena quedó paralizada. Su abogada presentó un recurso de apelación ante la Audiencia. El tiempo transcurrió, y Arispe comenzó a cosechar los primeros frutos de su tenaz lucha contra la droga. Encontró un trabajo y se apartó del sórdido mundillo que, años atrás, lo había introducido en su toxicomanía. La Audiencia de Madrid ratificó meses después la sentencia, pero cuando ésta arribó de nuevo al juzgado para su definitiva ejecución, el juez (tras entrevistarse con su abogada) decidió aplicarle la remisión condicional. Para conmutarle la pena, López-Palop ha barajado la ley y el "denonado esfuerzo del reo" en no recaer en la droga. "Enviarlo a Carabanchel, con toda la droga que ahí se mueve, hubiera sido condenarlo a ser otra vez drogadicto". "La ley, el artículo 93, faculta al juez para aplicar la remisión condicional de una pena de hasta dos años de prisión cuando en el reo concurre una atenuante muy cualificada". Un informe de la psicóloga del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 1 de Madrid aconsejaba, además, al juez: "Su ingreso en la cárcel sería muy negativo. Distorsionaría su vida profundamente después de que la haya reconstruido con mucho esfuerzo".
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