Unas notas discordantes
La presencia ayer en la Pasarela Cibeles de creadores nada proclives a sacrificar un estilo personal en pro de los gustos de la mayoría, marcó un cambio en la manera de entender el fenómeno de la moda. La sensatez comercial, el prét-á-porter de lujo, el misticismo y la castidad introdujeron las notas discordantes.
Como metáfora de la castidad, como reacción a la imagen de una mujer barroca y explosiva, aparecieron, las propuestas de Devota & Lomba, que acariciaron el negro y el gris como colores para vestir a la nueva misionera urbana que quiere transgredir en sexy. Practicaron cortes, roturas y agujeros en las americanas, en los pantalones, pusieron gasas sobre e cuerpo y sobre los vestidos blancos de volantes. Tambien quisieron decir con grandes nudos en las prendas que la mujer se puede vestir con un trozo de tela.
Con la alusión al nuevo perfume de Victorio y Lucchino, que fue el leitmotiv del desfile, y la presencia de la musas de la jet, las propuestas de estos creadores fueron más allá de sus connotaciones de moda. Cecilia Sartorius, la hermana de Isabel, caminaba por una pasarela que se inundó de rojo coral en los vestidos de flores, rejas y celosías sevillanas como detalle en la espalda de las chaquetas, de cuadros de campo andaluz de blusas flamencas y de faldas de volantes.
Los trajes chaqueta de Pedro del Hierro eran como un golosina en colores paste para una mujer alegre que adora la moda, a la que este creador está dispuesto a complacer. Esta moda no tiene el estigma de la crisis sino de la calidad y la idealización de la mujer.
María Guardione ha hecho uno de los desarrollo más vendibles del crudo compropuesta de color y del vestido sin mangas, midi, que dispara el vuelo. Su idea de apariencia femenina para el verano se basa en las forma sinuosas y actuales que no pierden contacto con las líneas intemporales. Lo que puede desear una mujer práctica que no sublima la moda
Babelia
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