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El Madrid de baloncesto derrotó al Barcelona en el Desafío Canal +

Un Real Madrid-Barcelona con sólo el honor en juego puede ser el clásico partido con el que disfrutar de un baloncesto de salón. Con juego vistoso y sin tensiones. Con defensas blandas, manos rápidas y marcadores explosivos. El Desafío Canal + evitó esta previsible relajación por el sencillo sistema de aplicar algunas reglas de la NBA al reglamento habitual: sólo 24 segundos de posesión, para que nadie se duerma; y exclusión a la sexta falta personal, para que se pueda apretar algo más en defensa. Finalmente, el encuentro se agilizó dividiéndolo en cuatro tiempos de 12 minutos.El Real Madrid ganó porque se impuso cómodamente en tres de estos periodos. Y porque mantuvo la concentración durante más tiempo que su rival. Ante su público, y en una caja de cerillas como el viejo pabellón, supo sufrir en defensa y volar en ataque. Clifford Luyk, el entrenador blanco, se preocupó por mantener en pista quintetos altos y con capacidad para correr. Y acertó. Algunos jugadores se tomaron las cosas tan en serio que estuvieron a punto de estropear la fiesta. Arvidas Sabonis, sin ir más lejos, intentó agredir a Gneiting tras una falta de este último.

Aíto García Reneses, el entrenador del Barcelona, volvió loco a su banquillo. Utilizó a trece hombres y terminó por entregar el partido con maniobras suicidas. Toda la saliva que ahorra con los periodistas -se niega a asistir a las ruedas de prensa posteriores a los partidos- la utiliza con sus jugadores. Hasta marearlos. Además, tuvo la rara habilidad de sentar a los que de mostraban estar más inspirados. No es estraño que en estas circustancias, y tal vez impulsados por su deseo de permanecer en cancha, éstos obtuvieran un miserable porcentaje de tiro (38%), perdiesen 22 balones y consintiesen a sus rivales 22 asistencias.

Sólo con su cinco de lujo en cancha el Barcelona, invicto en la Liga, dio problemas al equipo de Luyk. Norris es lo suficientemente listo como para amargarle la existencia a Sabonis. El recuperado Jiménez, ansioso por jugar, va camino de convertirse en el jugador decisivo de hace un par de temporadas. Y Cargol y Simpson lo saben. Epi sigue siendo un seguro de vida... Biriukov aún no. Sólo Brown parece no tener rival. Su regularidad le permite estos lujos.

El Madrid aprovechó el tiempo. Ganó el desafío, divirtió a su público y potenció una moral en progresión. El Barcelona lo perdió. Aburrido y anárquico, sólo demostró en el tercer tiempo (17-27) que sus viejos valores siguen vivos y bien.

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