Limitar la altura de vuelo de los aviones
La urgencia del problema planteado por la destrucción de la capa de ozono impone tomar medidas temporales adicionales a las que se han discutido en la Conferencia de Copenhague, en opinión del científico español Juan María Cisneros. Este meteorólogo pide concretamente que se limite la altura de vuelo de los aviones, tanto comerciales como militares, hasta los 7.000 metros en todo el mundo, por debajo de donde empieza la estratosfera.Cisneros, que mañana interviene en una mesa sobre este problema y otros relacionados con los cambios climáticos inducidos por las actividades humanas en el Congreso Nacional de Medio Ambiente, explica que las emisiones de los motores de los aviones juegan papel importante en la formación de las nubes estratosféricas polares, responsables de la aparición del agujero de ozono sobre la Antártida observado periódicamente en los últimos años.
"La limitación de altura de los aviones se podría hacer durante dos años a título experimental, porque su efecto es rápido y podría así evaluarse fácilmente", dice Cisneros. "Se debería mantener durante un tiempo suficientemente dilatado pero limitado, ya que se trata de dar tiempo para que la concentración de halocarburos disminuya en la atmósfera", añade. Para este meteorólogo, "prohibir los productos clorofluorocarbonados y halones necesita de mucho tiempo para obtener resultados, el que ha de pasar desde que estas sustancias se emiten hasta que se descomponen en la estratosfera", añade.
La aviación, explica Cisneros, coloca en la estratosfera grandes cantidades de vapor de agua, óxidos de nitrógeno, hollín y óxidos de azufre, ya que más de un 40% de los vuelos comerciales, por ejemplo, son estratosféricos. Estas emisiones producen más nubes estratosféricas, en cuyas partículas se almacenan el cloro y el bromo en la noche polar para destruir el ozono al llegar la luz solar primaveral.
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