Premios a la joven generación musical

Concurso SGAE de composición

Grupo Cámara XXI. Director: P. Osa. Solista: M. Mendizábal, mezzosoprano. Obras de Torres, Arrieta, Méndez y Rebullida. Auditorio Nacional de Madrid, 16 de diciembre.

Las últimas generaciones musicales aparecidas en la escena española, las de 1961 y 1976, recibieron nuevos premios, esta vez los de la Sociedad General de Autores, en cuya organización colabora el Centro para la Difusión de la Música Contemporánea. Por lo escuchado, estos cuatro jóvenes creadores, con todo cuanto tienen de personal y evolucionista, parecen desempeñar un papel consolidador de las conquistas alcanzadas por sus antecesores.El primer premio, de un millón de pesetas, fue concedido a Jesús Torres (Zaragoza, 1965), discípulo de Luis de Pablo y Francisco Guerrero. Víspera de mí, para seis instrumentistas, revela precisión de ideas y de formas, además de una destacada voluntad expresiva que busca constantemente la belleza.

Iratxe Arrieta (Bilbao, 1968) añadió a sus estudios en la capital vizcaína los realizados en Barcelona con Josep Soler y Benet Casablancas. Bi abesti (Dos canciones), basadas en poemas de Xabier Onaindia, tienden hacia un lirismo que revaloriza la palabra poética a través de un lenguaje actual por naturaleza.

Otro zaragozano, Víctor Rebullida (1963), seguidor de cursos con Halffter, De Pablo y Encinar, actualmente discípulo de Agustín Charles, trata en su Jarcha de estos anónimos mozárabes del siglo XI. La musicalización, extravertida e introvertida a la vez, comunica muy directamente con el público y penetra en la misma sustancialidad de los versos.

Juan Méndez (Avilés, 1970), formado con García Abril y José Luis Turina, convenció en su Música para el ballet secreto, por el atractivo de la trama instrumental y la asunción de expresiones musicales y de danza. Las versiones se beneficiaron de la hermosa y coloreada voz de la mezzosoprano bonaerense Menchu Mendizábal, quien cantó Bi abesti y Jarcha, y el buen hacer de los instrumentistas de Cámara XXI.

Su director, Pascual Osa (Siete aguas, Valencia, 1965), es nombre a tener muy en cuenta con vistas al futuro. Sólidamente preparado, se produce con gesto claro y sabe explicar cada partitura desde sus propios supuestos. Se registró una entrada considerable y hubo especiales ovaciones para los dos primeros premios, Torres y Arrieta.