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'Laberinto de pasiones', la reliquia de la movida madrileña, cumple diez años en cartel

Almodóvar dice que Gobierno y Ayuntamiento se empeñan en que Madrid se parezca a Oslo

"Ha venido a Madrid porque dicen que es la ciudad más divertida de¡ mundo y él es muy moderno", dice la ex emperatriz árabe Toraya refiriéndose a Riza, heredero del trono imperial, en uno de los diálogos de Laberinto de pasiones. Diez años después de su estreno, en 1982, la segunda película de Pedro Almodóvar continúa en pantalla, pero la ciudad que entonces reflejaba ha cambiado mucho. En opinión de¡ cineasta, hay que hablar en pasado de la atmósfera de libertad que muestra la película en la sesión de madrugada del mismo cine donde comenzó su exhibición. "Desde hace unos años", dice, "tanto el Gobierno como el Ayuntamiento están empeñados en que Madrid se parezca a Oslo. Y lo están consiguiendo".

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Ouka Lele, Guillermo Pérez Villalta, Bernardo Bonezzi, Cecilia Roth, Imanol Arias, Antonio Banderas, Costus, Pablo Pérez Mínguez, Santiago, Auserón, -Poch, Jesús Cracio o Zulema Katz son algunos de los artistas plásticos, actores y músicos que contribuyeron a crear Laberinto de pasiones, una película que cuenta, entre muchas otras cosas, cómo un príncipe islámico queda fascinado por la trepidante noche madrileña, se, hace cantante de rock y acaba huyendo al Caribe con Sexilia, una ninfómana de la que se enamora."La película", dice Pedro Almodóvar, "refleja un momento único de Madrid, está dominada por ese desenfado que coincidía con la modernidad y que. era lo más vivo que esta ciudad producía, algo que injustamente capitalizó el Ayuntamiento de entonces y que el actual ha denostado: eso que fuera llamó tanto la atención y que llamaban movida".Para el entonces director underground, cuyas últimas películas han sido éxitos en Estados Unidos, queda poco del Madrid que aparecía en sus primeras películas. En su opinión, las personas que crearon esa "atmósfera libre y frívola" están ahora en general "quemadas por su propia energía" y no tienen ningún relevo. "Los jóvenes de ahora tienen mucho más miedo que los de antes", afirma Almodóvar, "se arriesgan menos y, en definitiva, son mucho más conservadores".Labor represora

En su opinión, existe una mayor conciencia del peligro, y también más peligros que antes. "No me refiero sólo al sida", dice, "sino a la labor represora de algunos concejales madrileños y algunos ministros del Interior". Almodóvar destaca como una de las singularidades que caracterizaban el Madrid de hace 10 años y lo diferenciaban del actual la "variedad y vitalidad de su noche"'.Según Javier Garcillán , director de los cines Alphaville, donde se exhibe Laberinto..., las proyecciones de madrugada de la película eran algo más animadas hace años, aunque el público siempre ha sido heterogéneo. "En una misma sesión", comenta Garcillán, "he visto un grupo de punkis, un matrimonio mayor de aspecto muy convencional, una chica sola que venía a ver-la por cuarta o quinta vez-...".

Al menos 120.000 personas han visto la película desde su estreno, y todavía hoy sigue convocando suficiente público como para mantenerla en cartel (entre 40 y 60 espectadores cada noche, según el cine).El primer sábado de este mes coincidían en el pase de la película, entre medio centenar de personas, un canadiense de 23 años que estaba de vacaciones y había visto en su país las últimas películas de Almodóvar, una solitaria mujer de mediana edad que prefería "ver una comedia que un drama", una pareja de hippies de poco más de 20 años seguidores del cine de Almodóvar y una pareja madura que había visto Laberinto... cuando se estrenó y volvían ahora, según dijeron, "por nostalgia".Los planteamientos de Pedro, Almodóvar a la hora de hacer cine han cambiado desde que escribió y dirigió la película. "He ganado en experiencia y he perdido un poco de la alegre inconsciencia del principio", explica el cineasta, que confiesa sentirse "más inseguro" ahora que cuando empezó. "Mi vida ha cambiado", explica; "es mucho menos coral, y eso también se nota en el cine. He sufrido, y ese dolor se ha filtrado en las historias que cuento. Como todo el mundo, me estoy haciendo mayor y mi mirada se ha vuelto un poco más sombría y menos complaciente que antes".

. Lo que no ha cambiado en Almodóvar, según explica, es su pasión por hacer cine. "Probablemente ha aumentado", dice, "porque ahora soy más consciente de ella".

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