El petrolero 'Braer' se rompe en tres pedazos y vierte el escaso petróleo que le quedaba dentro

El petrolero Braer sucumbió por fin a la tormenta. El buque, embarrancado en la costa sur de la isla de Shetland (Escocia) hace ocho días, se partió en al menos tres pedazos y vertió al mar el crudo que aún quedaba en sus depósitos. La extensión de la marea negra que envuelve la isla desde hace una semana no aumentó significativamente tras la ruptura del casco, lo que hizo suponer a las autoridades de Shetland que el Braer había ido vaciándose, borbotón a borbotón, durante todos estos días. Los grupos de rescate asistieron desde la costa a la consumación del desastre, inmovilizados por unos vientos casi huracanados, mientras la población se mantenía a la espera provista de máscaras antigás.

Ayer debía iniciarse un arriesgado salvamento del petrolero. La llegada del remolcador encargado de la maniobra se retrasó unas horas a causa de la tormenta, y cuando hizo acto de presencia no había ya nada que salvar: sólo un casco tronchado por el oleaje. El remolcador no hubiera podido, de todas formas, emprender la tarea asignada. El mal tiempo seguía impidiéndolo, igual que hizo inútil cualquier intento en días pasados.El capitán holandés Geert Koffeman, jefe de los grupos de rescate de la compañía SmitTak, declaró que la operación de salvamento no quedaba anulada y que se pondría en marcha en cuanto amainara la tormenta. "Es más fácil remolcar hacia alta mar un pedazo de barco que un barco entero", dijo. Koffeman admitió, sin embargo, que "es obvio que la mayor parte del petróleo se ha vertido ya. Existe la posibilidad de que haya todavía una cierta cantidad a bordo, pero ya no hablamos de miles de toneladas, sino de unos cuantos centenares".

Triste final

El Braer, propiedad de una compañía con sede en Bermudas y fletado bajo bandera liberiana, cargaba 85.000 toneladas de crudo. Los dos depósitos delanteros, en los que tal vez permaneciera aún algo, quedaron ayer completamente sumergidos bajo el mar.El director de operaciones marítimas del Ayuntamiento de Shetland, capitán George Sutherland, dijo sentirse "triste por este final". "Ha sido una decepción considerable, pero a la vista de las condiciones climáticas durante toda la semana, no es sorprendente que el petrolero haya acabado quebrándose", dijo Sutherland. Las autoridades sanitarias de Shetland habían temido que la contaminación atmosférica aumentara peligrosamente cuando el barco se rompiera.

Sin embargo, ayer no se percibía apenas olor a gas en la costa sur de la isla y los análisis del aire revelaron que la cantidad de gases y partículas tóxicas en suspenso estaba muy por debajo de los límites de riesgo.

Muchos vecinos de la isla se habían quejado en los últimos días de congestión, cefaleas y problemas estomacales, por lo que, como medida preventiva, fueron distribuidas máscaras antigás entre la población. También estaba previsto iniciar ayer una campaña de chequeos médicos entre los vecinos, para examinar si las funciones de pulmones, riñones e hígado habían sido afectadas por la polución, muy intensa el viernes pasado. Los chequeos tuvieron que ser suspendidos, sin embargo, ya que el equipo médico que debía efectuarlos no pudo desplazarse desde Escocia hasta la isla a causa del mal tiempo.

Pagar la lana

Mientras tanto, seguía creciendo el daño infligido a la fauna de la isla: las aves muertas eran ya 800, un 20% aproximadamente del total, y se esperaba que el fin de la tormenta atrajera hacia la costa gran cantidad de aves contaminadas.El ganado lanar también ha sido estragado. Los armadores del Braer, la compañía B & H, anunciaron ayer que las primeras indemnizaciones se pagarían a partir de mañana jueves, con un fondo de 200.000 libras (casi 40 millones de pesetas) proporcionado por un consorcio de la industria petrolera internacional y por los aseguradores noruegos de la propia compañía.

El fondo será administrado por el Ayuntamiento de las Shetland y servirá para atender los casos más urgentes.