Et in Arcadia ego
Plácido RomeroGalería Seiquer. General Arrando, 12. Madrid. Hasta el 20 de enero.
Plácido Romero (Málaga, 1961) ha desarrollado una singular apuesta imaginaria que entronca con el clima de juegos alegóricos y manierismos sobre el que se ha definido un cierto territorio de nuestra figuración en las dos últimas décadas. En el caso de Romero se apunta una mayor inclinación por los acentos fantásticos, que el artista malagueño impregna de una soterrada ironía, poblando de enigmáticos personajes y escenas inquietantes una geografía que -en su escala, clima y juegos narrativos- evoca indefectiblemente a una especie de Jardín de las delicias proyectado sobre la materia en la que se moldean los sueños de nuestro tiempo.En esta segunda muestra individual que lo acerca al panorama madrileño, Romero nos presenta un sugerente ciclo de pinturas recientes que marcan algunos cambios sutiles, pero intensamente significativos, respecto al clima de su trabajo anterior. De un lado, parece ponerse un mayor acento en la contemporaneidad de estas alegorías laberínticas, como por hacer mejor hincapié en cuál es el territorio al que nos enfrenta el espejo, deformante y revelador, de estas parábolas pintadas.
Otro rasgo fundamental, íntimamente ligado al anterior, pero más atractivo incluso en ese deseo de destapar las cartas sobre la tan socarrona como firme vocación moral que anima las ensoñaciones objetivas de Plácido Romero, son las constantes irrupciones de los emblemas de la muerte en estos deleitosos jardines. En la mejor tradición de las estampas barrocas de la vanidad, su presencia mordaz contagia, en tanto que única y fatal certeza, de un barniz infinitamente más grotesco y terrible la significación de cuanto le rodea.
Babelia
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