Un amigo íntimo de Susana Ruiz asegura aún que vio a la joven dos días después de su desaparición
Tomás Arribas Penia tiene 28 años y conoció a Susana Ruiz, la chica cuyo cadáver se encontró el jueves en un descampado de San Blas, desde que ella cumplió cuatro. Por eso, dos días después de que los padres la dieran por desaparecida, Tomás llamó a Ángel Ruiz: "He visto a tu hija con dos chavales, por San Blas", le confesó al padre y después a la policía. Anoche se acercó a la casa donde vivía Susana, y el padre le preguntó: "¿Era ella?". Tomás volvió a contestar que sí. "La vi a 20 metros, acompañada de dos chicos, la saludé con la mano y ella me respondió con la cabeza".
Tomás Arribas instala equipos de refrigeración por todo Madrid. Recuerda a Susana como una chica muy tranquila a la que le gustaba vestir siempre de negro. Y así, según él, la vio aquel lunes, dos días después del sábado 9 de enero en que los padres la dieron por desaparecida."He estado yendo cinco años al instituto Las Musas, donde vivía ella, la he visto a diario durante mucho tiempo. Era ella. Y estaba junto a dos chavales en un parque de San Blas, donde hay muchos drogadictos. Yo no sabía que la habían dado por desaparecida, por eso no hice nada".
Muchas personas denunciaron a la policía que vieron a Susana. Pero nadie la trató tanto como él. Tomás fue el único en quien los padres confiaron, pero la policía no ha dado mucho crédito a sus declaraciones.
Los agentes encargados de la investigación no tienen reparo en reconocer que se hallan muy confusos. Sus sospechas sobre los seis jóvenes que celebraban con Susana un cumpleaños en un caserón la noche en que despareció se desvanecen más cuanto más los interrogan.
"Causas y concausas"
Fuentes de la policía indicaron que "oyeron" ayer en diversos medios de comunicación que la muerte, según el análisis forense, pudo deberse a una, "anoxia", falta de oxígeno en la sangre. "Pero eso a mí no me convence", indicó un alto mando policial", "yo no empezaré a trabajar sobre seguro hasta que el forense firme su dictamen en un papel. Y aún no lo ha hecho". El mismo mando indicó que los análisis se están elaborando en varios laboratorios.
Incluso, aunque la causa sea la falta de oxígeno, eso no aclararía gran cosa: "Podría deberse desde a un paro cardiaco hasta que alguien le pusiera la mano en la boca. El forense tendrá que damos un informe detallado de causas, concausas y el por qué de algunas causas", añadió la citada fuente.
Otro agente próximo a la investigación indicó que el análisis de las muestras de hueso pueden revelar aún rastros de una muerte violenta. Para ilustrar la confusión en la que se hallan inmersos, el agente indicó que tampoco se puede descartar una muerte no violenta. "Hay gente que, de repente se siente mal, quiere ir al cuarto de baño y en ese momento les da el mareo y mueren. Eso puede que no le guste a la gente, porque hay ganas de encontrar un culpable para descargar el odio, pero es una posibilidad... mínima, pero no descartable".
Los próximos días, la policía interrogará a todos los que conocían a Susana, a la empresa de escombros que trabaja por la zona, a los habitantes de Los Focos, el poblado chábolista vecino, y a "rnucha más gente que pasó por allí desde aquel sábado".
En cuanto a las contradicciones que se aprecian en las declaraciones de las seis personas que compartieron con Susana la noche, el agente lo justifica: "Estaban hartos de beber alcohol y de porros; es normal que se contradigan, pero en lo esencial, todos dicen lo mismo, y eso que les hemos interrogado durante muchísimas horas".
La madre de Raúl y José, los dos chicos que más habían tratado a Susana de todos los que celebraron con ella el cumpleaños, declaró: "Si hubiera sido uno de mis hijos, que lo paguen. Pero yo sé que no fue así". José, pocero de profesión, era quien mejor la conocía de todos los que estaban en la fiesta de cumpleaños, aunque asegura que nunca mantuvo relaciones sentimentales con ella. "Aquella noche no la encontré extraña", indicó José. Otros días había dicho que tenía problemas en casa, pero aquella noche no. Simplemente estaba un poco retraída, y cuando quiso, se fue. Dijo 'abur, chavales', porque a ella le gustaba decir abur, y se fue". Su hermano Raúl coincidió con José en todo. Ambos aseguraron que cuando César regresó de acompañar a casa a su novia, Susana aún se encontraba allí, cosa que negó otro de los presentes.
La dirección del instituto Las Musas, los alumnos del centro y las asociaciones de vecinos de San Blas han convocado para el próximo viernes una manifestación en protesta por la muerte de la joven.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
Archivado En
- Susana Ruiz
- San Blas
- Encierros
- Manifestaciones
- Medicina forense
- Orden público
- Protestas sociales
- Seguridad ciudadana
- Malestar social
- Ayuntamiento Madrid
- Distritos municipales
- Investigación judicial
- Madrid
- Ayuntamientos
- Gobierno municipal
- Medicina
- Comunidad de Madrid
- España
- Política municipal
- Administración local
- Proceso judicial
- Problemas sociales
- Política
- Administración pública
- Salud