La prensa acusa al Elíseo de espiar a políticos, actores, periodistas y abogados

Los mosqueteros de Mitterrand -los miembros de la célula antiterrorista del palacio del Elíseo dirigida por el comandante Christian Prouteau- se interesaron entre 1983 y 1986 por las conversaciones privadas de más de un centenar de abogados, periodistas, actores, escritores y políticos de todas las tendencias, según afirmó ayer Libération, que aportó pruebas documentales. Ese diario ya había revelado que en 1985 y 1986 los mosqueteros escucharon las conversaciones de Edwy Plenel, de Le Monde.La actriz Carole Bouquet, el escritor Jean-Edern Hallier, el dirigente centrista François Froment-Meurice, el periodista Alexis Liebaert y el abogado Antoine Comte fueron algunas de las 114 personas por cuyas conversaciones privadas se interesaron los mosqueteros del Elíseo, según Libération. Este periódico publica los documentos en los que, bajo el rótulo Fuente secreta, los miembros de la célula antiterrorista del Elíseo solicitan permiso a sus superiores para colocar bajo escucha numerosos teléfonos.

Los motivos argüidos van desde "tráfico de armas" a "proximidad a los medios terroristas", pasando por "seguridad del presidente de la República". Libération precisó que no constan en su poder las pruebas de que esas peticiones fueran concretadas.

El escritor Hallier declaró ayer que ya sabía que fue espiado por los mosqueteros presidenciales entre 1983 y 1986, el periodo en el que escribió un libro titulado El honor perdido de François Mitterrand. El periodista Liebaert trabajaba en 1985 en una serie de artículos sobre el caso Greenpeace. Su colega Plenel investigaba ese mismo asunto y el escándalo de los irlandeses de Vincennes. El centrista Froment-Meurice animaba a un grupo de ayuda a los cristianos de Líbano.

Se ignoran los motivos que llevaron al Elíseo a espiar a Carole Bouquet, cuyo nombre en código para la célula de espionaje presidencial era Buche, que puede significar tanto leño de madera como tarugo o estúpido. Los documentos aseguran que Bouquet carece de profesión y afirman que debe ser investigada por razones de "seguridad de personalidades de la defensa nacional ".

En su última edición, el semanario Le Nouvel Observateur confirma que las escuchas sufridas por Plenel "fueron ordenadas por la célula antiterrorista del Elíseo". Mitterrand se quejaba en los primeros años de su mandato de "falta de información", y eso llevó a sus mosqueteros a espiar a Plenel y a muchas otras personas, "incluidos miembros del Gobierno socialista y líderes sindicalistas ". El semanario cita al abogado Comte, al escritor Hallier y a Pierre Marion, ex director de los servicios secretos.

Autorizadas por Defensa

El pasado lunes, Plenel y Le Monde presentaron una querella contra desconocidos en relación a las escuchas de las que fue víctima el periodista. El diario precisaba ayer que las escuchas practicadas por la Presidencia de la República "eran autorizadas por el ministro de Defensa en persona".

El palacio presidencial no ha reaccionado todavía a este nuevo escándalo. Pierre Bérégovoy, el primer ministro, es el único miembro del poder socialista que lo ha comentado. Según Bérégovoy, no hubo escuchas, y si las hubo fueron "salvajes", o sea, sin control de los responsables políticos y añade que los documentos difundidos por la prensa son el resultado de "una manipulación".