La CE suprime la obligatoriedad de la norma europea de alta definición
La Comunidad Europea no puede abandonar su planes para la televisión de alta definición, según señalaron ayer los comisarios encargados de los Audiovisuales, Joao de Deus Pinheiro, y de Tecnología, Martin Bangemann. La Comisión quiere que Europa haga una rápida transición hacia esta modalidad audiovisual, con suficientes programas europeos. Los comisarios han abandonado, en cambio, la opción tecnológica exclusiva en favor de la norma europea D2-MAC e intentan que el Reino Unido acepte aprobar una ayuda de 500 millones de ecus (70.000 millones de pesetas).
El plan de acción de la CE para el desarrollo de la Televisión de Alta Definición (TVAD) se componía de tres elementos: una directiva, un acuerdo industrial y un plan de ayudas financieras. La directiva comunitaria, que había obtenido el acuerdo inicial del Consejo de Ministros, establecía la obligatoriedad de utilización de determinadas tecnologías: HDMAC para las transmisiones de TVAD no completamente digitales y D2-MAC para todas las transmisiones por satélite en 625 líneas y formato 16:9. Se obligaba a todos los receptores de televisión con pantallas de formato 16:9, el, de la futura TVHD, a que contaran con un codificador D2MAC y se obligaba, desde el 1 de enero de 1995, a que todos los servicios de televisión en el actual formato (pantalla 43) utilizaran el D2-MAC.Estas opciones, que cuando fueron adoptadas en febrero de 1991 convenían a los fabricantes europeos de receptores, han sido seriamente criticadas posteriormente por obsoletas. Alegan sus detractores que las tecnologías numéricas actualmente en experimentación superan y arrumban las opciones tecnológicas decididas en primera instancia por la CE. Antes del año 2.000 estarán en el mercado en Estados Unidos y a partir de esta fecha empezarán a introducirse en Europa.
Reconversión
El segundo elemento del plan era un acuerdo industrial, en el que participaron 26 difusores, cinco operadores de satélite, cuatro de cable y tres fabricantes (Philips, Thomson y Nokia). Lo más sustancial del acuerdo era el compromiso a favor del D2-Mac. Sólo faltaba aprobar el tercer elemento, el plan de ayudas financieras para reconvertir desde los difusores hasta los productores de programas. El plan preveía 850 millones de ecus (119.000 millones de pesetas) en en cinco años, pero fue rebajado a 500 millones de ecus (70.000 millones de pesetas).
El plan de acción, que requería una votación por unanimidad del Consejo de Ministros de la CE, no consiguió avanzar debido, principalmente, a la sistemática obstaculización por parte del Reino Unido. En un principio la posición británica parecía exclusivamente motivada por razones de filosofía política liberal, alérgica a cualquier símil de política industrial europea. Luego se han comprobado serias razones tecnológicas.
El cambio de comisarios encargados de este espinoso plan ha dado lugar al actual viraje. La nueva propuesta significa la opción por el formato 16:9, que será el de la TVAD, sin especificación de normas, cuestión que deberán decidirla los industriales y el mercado. El plan actual dotará a los difusores europeos de una base de programas producida en Europa y favorecerá la máxima estandarización tecnológica, pero sin imposiciones.
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