Culpables por la cara
Tres jóvenes de gran parecido han sido detenidos sucesivamente en Alcorcón como sospechosos de ser el 'violador del ascensor'
Casi treinta mujeres de Alcorcón conocen bien al violador del ascensor. Era un adolescente de ojos profundos y rasgados, sin antecedentes, que dinamitó la estadística policial del pueblo. Dos chavales inocentes han sufrido persecución sólo por su parecido con el culpable. La policía, que por dos veces erró el tiro, cree que esta vez le ha capturado. Alcorcón ha recuperado su estadística, pero ha quedado en entredicho la presunción de inocencia y una actuación policial que puso bajo sospecha a todos los jovencitos del lugar.
Las mujeres de Alcorcón (140.000 habitantes) nunca su pusieron que su alarma había conseguido llevar las fotos de sus propios hijos a la comisaría para ser revisadas de la misma forma que se escrutan las carpetas de los delincuentes fichados.Así fue, a través de los archivos de colegios e institutos o de imágenes propias obtenidas por los agentes en el pueblo, como la policía llegó primero a Raúl S. P., de 17 años, que ha pasado 10 meses en la cárcel, y a un se gundo joven, de 15, dos veces de tenido y mes y medio recluido en un centro de menores. La aboga da de este último muchacho ya ha iniciado un pleito exigiendo una indemnización de 65 millones por el error cometido.
"No fuimos nosotros los que nos equivocamos", dice un portavoz de la comisaría, "sino las mujeres que los identificaron. Tuvimos que rastrear entre las fotos de los colegios y los institutos porque era la única manera de encontrar a jóvenes sin antecedentes con los datos que las agredidas nos daban".
"Es la primera vez que veo que la policía utiliza un método como éste", se queja la abogada del menor detenido en octubre, María Victoria Romero. "Creo que ha habido varias irregularidades en este caso".
La Audiencia Provincial de Madrid ha hallado al menos dos irregularidades en el primer caso, el de Raúl S. P., absuelto el pasado día 22. En la misma sentencia se detallan la forma de realizar los reconocimientos fotográficos con varias mujeres a la vez, identificando al acusado guiadas por la certeza de una de ellas, infringe, según la Audiencia, el artículo 370 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
La misma sentencia comenta su extrañeza por el hecho de que la identificación de Raúl se realizara en la comisaría de Alcorcón, situándolo con otros jóvenes con los que no guardaba ningún parecido, lo que tampoco es habitual. La familia de Raúl, sin embargo, no va a pedir indemnización alguna a la justicia.
Rostros quinceañeros
Ambos jóvenes han demostrado su inocencia recurriendo a análisis de sangre y esperma, y ambos han dejado atrás la pesadilla. El pasado día 2 de marzo se dictó el sobreseimiento de la causa del segundo menor capturado.Los abogados de estas dos víctimas indirectas del violador del ascensor coinciden en señalar el enorme parecido existente en tre los tres detenidos. "Cuando vi la foto del segundo detenido pensé que era mi cliente. Son iguales", cuenta el abogado de Raúl, Mario Carreño.
"Muchas veces he estado tentada de frenar el coche y parar a un chaval para que viniera a declarar. A los 15 años, los rasgos no están bien definidos, y muchos se parecen enormemente", dice María Victoria Romero, que se muestra menos comprensiva con el error. "La presión en Alcorcón era enorme, y la policía tenía prisa por hacer detenciones". Carreño aporta un dato contradictorio: "Hemos conseguido demostrar la inocencia de Raúl gracias también a la colaboración de la policía".
La historia del violador del ascensor comenzó en diciembre de 1991. Entre esa fecha y febrero de este año -14 meses en total- ha habido en Alcorcón 28 denuncias de delitos sexuales, siete de ellas con violación consumada. El estilo era siempre el mismo. Un jovencito educado, aseado, de buenos modales y libros bajo el brazo subía al ascensor con una mujer por cuya edad podría ser su madre y allí se producía la agresión.
La policía se movilizó y detuvo a Raúl S. P. el 8 de mayo de 1992. Una juez de Alcorcón dictó prisión para él al día siguiente, y mientras la justicia se encargaba de su caso, las agresiones continuaban en el pueblo.
Por eso cuando en octubre se detuvo a un segundo menor, todo el mundo pensó que éste sí era el culpable. "La presión era enorme. Los grupos feministas habían organizado ya manifestaciones y la gente tenía miedo", recuerda su abogada, María Victoria Romero.
"Aún así le pusieron en libertad enseguida bajo la custodia de sus padres", continúa Romero. "Le indicamos que debía apuntar todo lo que hacía y no ir solo a ningún sitio. Le volvieron a detener al ser identificado de nuevo, y pasó mes y medio en un centro de menores hasta que nos enteramos de que había semen en uno de los casos y pedimos que se hicieran las pruebas. Tuvimos que demostrar su inocencia y volvió a casa para Navidad, pero el error le ha hecho un daño irreparable".
Regreso a la calma
Por aquellas fechas, finales de 1992, el violador del ascensor, para asombro y desesperación de la propia policía, siguió atacando. Sólo la tercera detención, la realizada el pasado día 4 de marzo, en la que se capturó a un menor prácticamente en flagrante, ha conseguido devolver la calma a Alcorcón. Este mes no ha habido ninguna denuncia por delitos sexuales, y además, el chaval, de 15 años, se ha confesado culpable. Antes del violador del ascensor, Alcorcón nunca había conocido niveles tan alarmantes de delitos de este signo. Si él es el auténtico culpable, el chico habría cometido sus primeros delitos sexuales con sólo 14 años.La policía, como es preceptivo en estos casos, guarda celosamente sus datos y su identidad. Sólo ha confirmado que el presunto violador del ascensor no era de Alcorcón, sino de Móstoles, y que ha quedado recluido en un centro de menores.
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