Andreotti alega que es imposible que se viera con la Mafia porque ha vivido rodeado de policías
El ex primer ministro, italiano Giulio Andreotti reforzó ayer su defensa ante la comisión del Senado que debate una petición de procesamiento cursada por la magistratura de Palermo por presuntas "actividades de Mafia". Andreotti criticó directamente los aspectos que, en principio, pueden resultar más inverosímiles de las declaraciones de los mafiosos arrepentidos que le acusan. En concreto, insistió en que no es posible que se entrevistara directamente con grandes capos de la Mafia, ya que desde hace décadas vive permanentemente rodeado de carabineros y policías.
"Nunca he estado fuera de control, ni siquiera durante un instante. Nunca he estado, en cualquier caso, en Sicilia, si no ha sido por motivos oficiales y siempre bajo la tutela y vigilancia de los aparatos de escolta", manifestó ayer un Andreotti más libre que el miércoles del guión marcado por los abogados que se ocupan de su defensa.El contexto de la comparecencia ante la comisión rogatoria del Senado que debe autorizar o rechazar el procesamiento del ex primer ministro era también más sencillo que el de la víspera. No se refería a la inserción de Andreotti en el entramado complejo y, en ocasiones, genérico de unas presuntas relaciones entre la delincuencia organizada y la política italiana, en particular democristiana, sobre cuya realidad esencial pocos dudan. Se trataba de las afirmaciones precisas hechas en contra del ex primer ministro por dos arrepentidos de fiabilidad hasta ahora probada: Francesco Marino Mannoia, hombre de confianza del capo palermitano Stefano Bontade, y el ex colaborador preferido del juez Giovanni Falcone, Tommaso Buscetta.
Por un lado, tales declaraciones han agravado la posición de Andreotti con acusaciones como la de que se entrevistó con Bontade, según Mannoia, que afirma haber sido testigo de la entrevista. Pero por otro lado, incluyen un buen número de detalles difícilmente demostrables y susceptible! de ser rechazados con más capacidad de convencer que cuando se trata del marco global de las relaciones entre política y Mafia o de un presunto compló urdido por los magistrados de Palermo al que aludió el miércoles Andreotti.
Nueva comparecencia
La comisión rogatoria del Senado le dio ayer al ex primer ministro la posibilidad de una nueva comparecencia precisamente para que respondiera a los más de 50 folios que contienen los interrogatorios citados, y que, por haber sido realizados a primeros de este mes en Estados Unidos, llegaron al Parlamento después que la petición de la magistratura palermitana.
Oída la nueva defensa de Andreotti, la comisión senatorial acordó volver a reunirse el próximo martes 20 de abril, para comenzar a debatir su decisión sobre este caso, que, según fuentes del Senado, debería votarse en el plazo de otras 48 horas. El Parlamento ha rechazado el procesamiento de Andreotti por diversos motivos en 26 ocasiones previas.
El argumento de un control permanente que le habría impedido en cualquier caso contactar personalmente con la Mafia vale, según Andreotti, para la primera entrevista con Bontade de que habla Mannoia -"sítuada entre la primavera y el verano de 1979"-, indica el ex primer ministro, "cuando la ya robusta vigilancia y protección de la policía y los carabineros hacia mi persona había sido reforzada como consecuencia del asesinato de Moro"-, lo mismo que para la segunda, aquélla que el arrepentido dice haber presenciado en primera persona.
"Todo es groseramente falso. Jamás he ido a Trápani en un vuelo civil, y mucho menos privado. Ni estuve nunca en Trápani durante el año 1980 ni en otro año, si no ha sido en viaje oficial, bajo un rígido control protocolario y de la policía", repitió ayer Andreotti, en relación con los detalles dados por Mannoia sobre esa segunda entrevista.
Avion privado
El ex primer ministro, que en 1980 no ocupaba ningún cargo en el Gobierno que presidía entonces Francesco Cossiga, niega, además, haber conocido a los primos Nino e Ignazio Salvo, que según Mannoia alquilaron el avión privado que llevó a Andreotti a Sicilia, ni a ninguna otra de las personas presuntamente relacionadas con la Mafia que menciona el arrepentido, con la excepción de Salvo Lima, su hombre de confianza asesinado la pasada primavera. "Nunca tuve vocación de coleccionismo artístico"señala Andreotti, con respecto al cuadro "que le enloquecía" y que presuntamente le fue regalado por el capo mafiso Totó Riina, según Mannoia.
Andreotti niega asimismo que Gaetano Badalamenti le visitara en su despacho a finales de los años setenta, como afirma Buscetta, y advierte: "Sepan una vez más los cultivadores de la pista política que ésta conduce inevitablemente al descrédito de todos los arrepentidos con el consiguiente riesgo de que se pierdan años de investigaciones y de resultados extraordinarios en la lucha contra la delincuencia maflosa".
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