El nuevo presidente de Guatemala destituye al ministro de Defensa
El nuevo presidente de Guatemala, Ramiro de León Carpio, destituyó ayer al ministro de Defensa, general José Domingo Garcia Samayoa, y removió la cúpula militar, asegurándose como hombre de confianza en el Estado Mayor presidencia¡ al general Otto Pérez Molina, anterior jefe de los servicios de espionaje.
De León limpia así la fachada del Ejército y se quita de en medio al militar que más obstaculizó el proceso de retomo al orden constitucional. Esto sucedía coincidiendo con la salida del depuesto presidente Jorge Serrano y su familia de El Salvador con dirección a Panamá, país que le ha ofrecido asilo político.Junto a la destitución de García Samayoa, que causa baja en el Ejército, el mandatario guatemalteco hizo cambios en el resto de la cúpula militar. El único trascendente fue el de Otto Pérez Molina por el general Francisco Ortega Menaldo, el hombre que dirigió el Estado Mayor presidencial con Serrano. Ortega Menaldo sale del mando militar, pero no del Ejército.
El nuevo ministro de Defensa es el general Roberto Perusina, un militar de línea dura que hasta ahora se encontraba al frente del Estado Mayor de la Defensa. Este último cargo lo asume ahora el general Mario Enríquez. Al contrario que Perusina, que con García Samayoa y Ortega Menaldo fueron los militares que más resistencia pusieron al derrocamiento de Serrano, Pérez Molina y Enríquez se caracterizaron en todo momento por ser leales al orden constitucional y promover una salida civil a la crisis guatemalteca.
Decisión valiente
La decisión de Ramiro de León se consideraba ayer en medios políticos como valiente, por ser la primera que adopta, pero también prudente y equilibrada, porque estos cambios no producen heridas en el Ejército. El presidente de Guatemala, un país donde la institución militar está muy encima de la estructura del Estado, negoció con el Ejército la recomposición de su cúpula. De hecho, se acompañará en su Gobierno de un hombre de línea dura como Perusina, pero tendrá cerca de él, en el Estado Mayor presidencial, a una persona de confianza, Pérez Molina, que demostró en momentos difíciles que la democracia está por encima de los intereses personales.Ramiro de León hizo en las últimas horas un llamamiento a la cordura ante las reclamaciones que se suceden en la calle para que se castigue a los diputados que vendieron su. dignidad apoyando al golpista Serrano e intentando aupar al poder por la puerta falsa a su vicepresidente Gustavo Espina.
La asignatura pendiente de Guatemala es la depuración de sus instituciones corruptas, compromiso establecido por todas las fuerzas políticas y económicas que promovieron la caída de Serrano. A ello se une un nuevo delito: la complicidad de parte de estos diputados y de algunos magistrados de la Corte Suprema de Justicia con el autogolpe y con la solución Espina, que pretendía mantener en el poder a quienes apostaron por el golpe.
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