Milosevic decreta la libertad del matrimonio Draskovic
"Doy las gracias a Francia, mi segunda patria", exclamó Vuk Draskovic, tras conocer la noticia de su liberación. El presidente serbio, Slobodan Milosevic, ha optado finalmente por ceder a la presión internacional.La decisión se produjo poco después de que el Tribunal Municipal de Belgrado volviera a rechazar un recurso para la puesta en libertad del matrimonio Draskovic. La medida de gracia no les exime, en cambio, de las responsabilidades que pudieran derivarse de su presunta responsabilidad en la muerte de un policía en las manifestaciones del 6 de junio.
El estado de salud de Vuk Draskovic, en huelga de hambre desde el 1 de julio, es grave. El equipo médico que le atiende en la Clínica de Belgrado advirtió el jueves que se corría el riesgo de un fatal desenlance. Vuk manifestó su intención de ir hasta el final si el régimen no liberaba a su mujer, Danica. El mismo día, el Gobierno ruso, estrecho aliado de Milosevic, le conminó a liberar a Vuk Draskovic.
"Estoy cansado, muy cansado" repitió a los periodistas el líder del Movimiento Serbio de Renovación. Pálido y ojeroso, dio las gracias a los médicos que le han atendido, al presidente FranQois Mitterrand y "a su extraordinaria esposa". Danielle Mitterrand viajó esta misma semana a Belgrado para solicitar a Milosevic la libertad de la pareja. El presidente serbio le contestó que se trataba de "un asunto interno".
Viik y Danica fueron detenidos a raíz de las violentas manifestaciones del 6 de junio, en las que resultó muerto un policía. Las fuerzas de seguridad les golpearon brutalmente durante las primeras horas de detención.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.