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El serbio Milosevic y el croata Tudjman desmienten que pretendan repartirse Bosnia-Herzegovina

Los presidentes de Serbia, Slobodan Mílosevic, y de Croacia, Franjo Tudjman, negaron ayer durante la reunión con los mediadores internacionales para la ex Yugoslavia, David Owen y Thorvald Stoltenberg, que pretendieran repartirse Bosnia-Herzegovina. Ambos insistieron en que el plan propuesto por la alianza serbo-croata el pasado junio para dividir esa república en tres miniestados étnicos sigue en pie e indicaron que ahora corresponde al presidente bosnio, Alia Izetbegovic, pronunciarse al respecto.

Pero la presidencia bosnia sigue sin decidirse, aunque desde el pasado viernes se suceden las sesiones en Sarajevo -sobre la que ha disminuido la actividad artillera serbia- para decidir la composición de la misión que se trasladará a Ginebra y qué tipo de Estado se pondrá sobre la mesa en las conversaciones. "Considero que no hay más motivos para que los musulmanes rechacen este proyecto, ya que los serbios hemos dicho que ofrecemos una solución mediante la que se les otorga mucho más territorio del que podrían tornar por la fuerza", declaró Milosevic. La mayoría de los miembros de la presidencia colectiva presentes en Sarajevo se inclinan por un Estado federal, en contra de la parcelación del país según criterios étnicos.El encuentro decisivo estaba previsto para anoche o durante la jornada de hoy. A las reuniones de Sarajevo, donde el calor y la falta de agua y electricidad endurecen las condiciones de vida de los cerca de 350.000 habitantes, no asisten, de momento, tres miembros de la presidencia, fuertemente criticados por su constante ausencia de la capital del país: los croatas Franjo Boras y Mile Akmacic y el musulmán Fikret Abdic.

El presidente bosnío, Alia Izetbegovic, que sigue recibiendo presiones de los mediadores internacionales David Owem (por la Comunidad Europea) y Thorvald Stoltenberg (por las Naciones Unidas) para que acuda a la mesa de Ginebra, parece haber vuelto a sintonizar con su vicepresidente, Ejup Ganic, que mantiene buenas relaciones con el Ejército. En días pasados trascendió que mientras que Izetbegovic se mostraba de acuerdo en aceptar un Estado dividido según criterios étnicos, su vicepresidente insistía en la opción federal. Al final, la presidencia coletiva parece decidida a respaldar la necesidad de un Estado federal para salvar la integridad territorial de Bosnia-Herzegovina.

En ese sentido se manifestaron ayer Ivo Knezevic, ministro de Información de Bosnia-Herzegovina, y Sulejman Suljic, vicesecretario del Ministerio de Exteriores. Ambos dignatarios descartaron de plano "cualquier acuerdo que signifique la división de Bosnia" y desmintieron la existencia de diferencias radicales en la presidencia, "más allá de las naturales divergencias en toda institución democrática". "Hay más divisiones dentro del propio Milosevic", bromeó Suljic.

Tanto Suljic como Knezevic se mostraron contundentes ante el papel desempeñado por David Owen durante todo el inútil proceso negociador. "Owen perdió por completo su credibilidad como negociador al proclamar que su propio plan de paz -que nosotros firmamos- está muerto. Él no puede decidir la destrucción de nuestro país. Milosevic y Tudjman desean la división de Bosnia, y ese ha sido el trabajo desempeñado hasta ahora por Oweri. ¿Cómo podemos seguir confiando en él?", declaró Suljic. A pesar de todo, el ministro de Información bosnio admitió que estaban. dispuestos a volver a sentarse a la misma mesa que Owen, ya que también se habían sentado, y "seguramente volverían a sentarse", a la misma mesa que Radovan Karadzic, presidente de la autoproclamada República Serbia de Bosnia, o Mate Bobán, partidario de integrar a la Herzegovina bosnia en la Gran Croacia. Knzevic señaló: "La comunidad internacional puede hacer mucho más. Ya va siendo hora de que se presione sobre los auténticos instigadores de la guerra, Tudjman y Milosevic, como se ha presionado sobre la presidencia bosnia".

Fuertes combates

Mientras la atención diplomática oscilaba ayer entre Sarajevo y Ginebra, los principales focos de actividad bélica se centraban en el área de Maglaj y en Fojnica, al oeste de Sarajevo. Tras la firma de un acuerdo entre serbios y croatas para entregar el control de la presa de Maslenica y el aeropuerto de Zadar, en la Dalmacia croata, a la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas (Unprofor), croatas y serbios tienen de nuevo las manos listas para combatir juntos. Ayer volvieron a ser bombardeadas unidades bosnias en Blagaj y Buna, al sur de Mostar, desde posiciones artilleras serbias, mientras la infantería croata y bosnia volvía a librar encarnizados combates en la zona.

Diversas fuentes aseguran que fuerzas musulmanas controlan buena parte del centro del Fojnica, un hotel y dos fábricas fueron incendiadas y cerca de 5.000 refugiados croatas huyeron en dirección a Kiseljak. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) envió ayer una misión a la zona, inquieto por las informaciones que aseguraban que un hospital del HVO había sido alcanzado por las bombas y que 30 pacientes habían tenido que ser evacuados y se encontraban en una situación muy delicada.

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