Faltan los comunistas

Sorprendente la columna con que nos obsequia el señor Vázquez Montalbán en EL PAÍS del lunes 4 de octubre: "Hay una cultura de la represión que no es exclusiva de los regímenes autoritarios, una cultura que emana de todo Estado desde la lógica del monopolio de la violencia... Ese monopolio, cantado por nazis, estalinistas, trotskistas, democristianos, socialdemócratas y liberales de la más variada condición...". ¿No se echa de menos en este listado una ideología significativa en la historia de la humanidad desde hace un siglo? ¿Vázquez Montalbán se olvidó aquella mañana de los comunistas?Analizando su texto parece que no: de la forma en que está redactado puede desprenderse que para Vázquez Montalbán los estalinistas y los trotskistas son los comunistas que han desarrollado esta cultura estatal de la violencia, con lo que se situarían frente a los otros comunistas, que son los que no menciona en su columna.

Los que creemos en la democracia agradecemos a los otros comunistas sus aportaciones para la consecución de la misma: la eliminación de los mencheviques en la revolución rusa de 1917, la transparencia y el pluralismo del resto de los secretarios generales del PCUS, con excepción del señor Stalin, a quien ya condena el señor

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Montalbán, por ejemplo, la de los señores Lenin y Bréznev; el muro de Berlín, la Primavera de Praga de 1968, la bondad de regímenes como el de la Rumania de Ceausescu,, la Polonia de la posguerra mundial o la Albania autárquica, por citar algunos; la Revolución Cultural china, las aportaciones a la paz de los jemeres rojos y, más recientemente, hechos como los de la plaza de Tiananmen y los recientes intentos de golpes de Estado en la ex Unión Soviética.

También les agradecemos, ¿por qué no decirlo?, las perseverantes, grandes e inteligentes aportaciones de los líderes comunistas españoles para mantener la mucha o poca democracia que hubiera en la II República española y añadir la decepción de muchos demócratas que alguna vez creímos que los comunistas españoles iban a ser capaces de caminar por la senda que abrió Enrico Berlinguer, al ver cómo finalmente se dejan fascinar por la sinrazón antihistórica del comunismo de George Marchais, profundamente marcado por la arbitrariedad y el maniqueísmo, el que refleja el listado de la columna del señor Montalbán.-