El partido de Rutskói y el comunista podran concurrir a las elecciones rusas
El presidente ruso, Borís Yeltsin, promulgó ayer un decreto por el que prohíbe la participación en las próximas elecciones parlamentarias de seis partidos, entre los que no se encuentran ni el partido comunista ni Rusia Libre, esta última la organización política del ex vicepresidente de la república Alexandr Rutskói, actualmente en prisión después de la caída del Parlamento. Teóricamente, esto permitiría a estas dos últimas organizaciones (las principales de la oposición) competir en los comicios, aun cuando sus actividades habían sido suspendidas por orden del Ministerio de Justicia.
Yeltsin ha marginado de las elecciones del 12 de diciembre al Frente de Salvación Nacional (organización que unía a marxistas y nacionalistas), al Partido Comunista Obrero, a la Unión de Jóvenes Comunistas, a la nazi Unidad Nacional Rusa, a la Unión de Oficiales y al sindicato militar Shchit. Al mismo tiempo, Yeltsin ha eliminado la posibilidad de que los encarcelados en la prisión de Lefórtovo (los principales acusados de incitar a la rebelión del Parlamento contra Yeltsin) puedan ganar un escaño en la Asamblea Federal al decretar que los acusados en relación con "la sublevación armada del 3 y 4 de octubre" y con el anterior ataque a la sede del mando de las Fuerzas Armadas Unificadas de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) no pueden presentar su candidatura a diputados. La ley rusa permite a cualquier ciudadano presentarse a las elecciones, incluso si está en prisión, mientras no haya veredicto condenatorio en contra suya en un juicio.El Partido Comunista de Rusia, liderado por Guennadi Ziugánov, no figura en esta lista. Tampoco está Rusia Libre, el partido de Alexandr Rutskói dirigido por Vasili Lipitski. Este político declaró ayer a EL PAÍS que tenía conocimiento de que se estaba prepararando el citado decreto, pero que, en el Ministerio de Justicia no le habían podido decir si ello significaba que quedaba levantada la suspensión legal de su organización política.Luz verde
Lo lógico es que el documento de Yeltsin signifique que los dos principales partidos opositores tienen ahora luz verde para competir en los comicios de diciembre. Pero en un país como Rusia, la lógica a veces no funciona y, por ello, no sería de extrañar que la suspensión quedara en vigor -cosa que para efectos prácticos equivale a la prohibición- o que mañana se promulgara otro decreto suprimiendo a estas dos organizaciones. En todo caso, ni el Partido Comunista ni Rusia Libre figuraban en la primera lista de organizaciones suspendidas con motivo del estado de excepción, pero sí fueron incluidas en una posterior.
La marginación de la oposición de las elecciones de diciembre había sido criticada tanto por los enemigos de Yeltsin como por algunos de sus partidarios. Víktor Sheinis, el ex diputado que es el principal autor de las normas por las cuales se celebrarán los comicios parlamentarios, opinaba que la prohibición del Partido Comunista no sólo no hacía desaparecer a su electorado, sino que empujaba a los marxistas a la clandestinidad. Y varios periódicos liberales afirmaban que "es imposible realizar unas elecciones democráticas y libres sin la particiapación de la oposición". Por eso no es soprendente que la agencia Tass haya interpretado el decreto de Yeltsin como un permiso para Rusia Libre y para los comunistas de Ziugánov de presentar candidatos a la Asamblea Federal.
Mientras tanto, la Conferencia Constitucional -el órgano encargado de reelaborar la nueva ley fundamental que se someterá a referéndum el 12 de diciembre, el mismo día en que se celebrarán los comicios parlamentarios- rechazó la decisión de Yeltsin de permitir a los ministros simultanear sus cargos con el de miembros de la Duma (Parlamento) Estatal.
"Todo el Gobierno inmediatamente se ha lanzado a la campaña electoral y, para colmo, los ministros se han dividido en diferentes bloques electorales con programas opuestos", comentó Anatoli Sobchak, alcalde de San Petersburgo, quien dirige el trabajo de una de las dos cámaras de la Conferencia Constitucional. "Ellos reñirán entre sí y el Gobierno no podrá funcionar", concluyó Sobchak.
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