El Gobierno aplaza al año 2020 el cementerio nuclear para residuos de alta radiactividad
Las centrales guardarán en contenedores su combustible gastado a partir de 1997
El combustible gastado de las nucleares españolas se almacenará en contenedores metálicos, dentro de las propias centrales, a partir de 1997, según el lII Plan de Residuos Radiactivos. Los contenedores, que no requieren ningún almacenamiento especial, serán distribuidos, guardando ciertas distancias, sobre un terreno preparado con una losa de hormigón en un área es trictamente controlada del recinto de la propia central. El Gobierno prevé que el cementerio nuclear español para residuos radiactivos de alta actividad no será operativo antes del año 2020.
El uranio quemado, un residuo radiactivo de alta actividad, se almacena hoy en piscinas dentro de las centrales. El agua de las piscinas debidamente tratada sirve de barrera a la fuerte radiación, y también para enfriar el combustible, que recién extraído del reactor aún genera mucho calor.Pero las piscinas se saturarán antes de haber construido un almacenamiento definitivo para estos residuos, que tardarán 10 millones de años en reducir su actividad al nivel del uranio natural.
El almacenamiento previsto en España, en una formación geológica profunda (granito, arcilla y sal son las más seguras), no entrará en servicio antes del año 2020. De momento, ningún país del mundo tiene un almacén definitivo. Estados Unidos es el que más lejos ha ido al anunciar la ubicación de su cementerio en Nevada.
Más de 130.000 millones
La Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) contaba en junio de 1993, según datos del Fórum Atómico Español, con más de 130.000 millones de pesetas para la construcción de un cementerio nuclear de este tipo. Enresa obtiene este dinero al percibir el 1,2% de la factura eléctrica que paga cada español. En diciembre de 1992 fue inaugurado el cementerio para residuos radiactivos de baja y media actividad en El Cabril (Córdoba).Actualmente, Enresa realiza prospecciones geológicas en un 10% del territorio nacional para ver qué zonas son las más adecuadas para la futura ubicación del cementerio, decisión que, en principio, estaba prevista para el año 2010.
La cuestión del emplazamiento ya le ha costado algún problema a Enresa, al ser muy difícil de aceptar por la población y las autoridades locales. Por eso, la alternativa temporal consiste en almacenar los residuos en las propias centrales. Según Mariano Molina, de Enresa, los contenedores metálicos ofrecen todas las garantías "con la ventaja añadida de ser elementos absolutamente pasivos, no se mueve nada, no hay riesgos, no hay que controlar otros efluentes radiactivos, como el agua de las piscinas". Con los contenedores el refrigerante es el aire y el almacenamiento es sencillo.
La piscina de la central de Trillo será la primera en saturarse, en las recargas de 1996. Le seguirán José Cabrera de Zorita y Santa María de Garoña en 1998, Cofrentes en 1999 y el resto a partir del 2010.
Enresa ha solicitado al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) la aprobación del diseño de un contenedor para el combustible gastado de Trillo. El contenedor es un proyecto de Enresa con empresas de EE UU: la Nuclear Assurance Corporation, el Electric Power Research Institute y la Virginia Power Company, cuyos contenedores de almacenamiento en la central nuclear de Surry, Virginia, han servido de base para el diseño.
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